domingo, mayo 21, 2006

El Código Da Vinci, ¿por qué tanto odio?

Año: 2006.
Duración: 149 minutos.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Director: Ron Howard.

Antes de ir a verla al cine (pues he leído el libro antes y me atraía la idea de ver cuánto lo habían respetado) me estaba encontrando con miles de críticas negativas, siendo la más persistente la de que estamos ante una película soberanamente aburrida, anticlimática y pretenciosa. Pero en el Festival de Cannes los críticos no se quedaron cortos, y no mostraron ni un atisbo de piedad a la hora de hablar de ella, la han tildado de bodrio, torpe, basura y porquería. Para mí, en mi opinión, aquellos que utilicen estos apelativos para referirse a una película de una manera un tanto altiva, no son críticos que me parezcan juiciosos y dignos de ese nombre, a no ser que sean capaces de explayarse con unos argumentos lo suficientemente convincentes. El caso es que esta adaptación ha cosechado muchísima mala fama, ya sea porque está basada en uno de los best-sellers más extraños de la época (pues no es un gran libro que merezca tantísimas ventas, que digamos, aunque tampoco lo calificaria de bodrio y creo que hay libros con mayor fama muchísimo peores) o por la polémica que ha surgido por el uso que hace Dan Brown (el escritor del mismo) de la Iglesia y, sobre todo, del Opus Dei.

Sorprendentemente, quizá por haberlo leído, la película me ha entretenido y enganchado bastante, me ha dejado literalmente pegado a la pantalla, de hecho han sido dos horas y media que se me han pasado volando. Además, no solo sigue a la perfección el argumento del libro, sino que encima tiene una calidad técnica sobresaliente, a esto me refiero que he quedado gratamente sorprendido ante ciertas escenas de flashbacks sobre la Historia antigua, con los Templarios en plena batalla o las localizaciones de la película, desde luego se nota el presupuesto.

Estamos ante la historia de Robert Langdon (Tom Hanks), un historiador que se ve involucrado en un asesinato donde nada es lo que parece y en él hay unas pistas para desvelar un enigma que podría cambiar la Historia (así, en mayúsculas) tal y como la conocemos, llegando a destrozar la fe en la Iglesia. Durante el camino, que en verdad será una persecución y un tira y afloja de varios bandos que luchan por sus intereses, se encontrará con secundarios como Sophie Neveau (Andrey Tatou) y el inglés Teabing (Ian McKellen). Por el bando contrario tenemos por un lado a Silas (Paul Bettany), enviado del Opus Dei que trabaja para alguien que se hace llamar el Maestro y la policía francesa al mando de Fache (Jean Reno).

Pues eso, la película no tiene un mal ritmo, y aunque de primeras da la impresión de que la cosas pasan demasiado deprisa (coño, la escena del museo dura casi la mitad del libro y es despachada en menos tiempo de lo esperado), luego ves que es lo adecuado para poder concentrarse en diferentes momentos del libro donde hay que explayarse más, como por ejemplo, la explicación de Teabing con respecto al Santo Grial, momento clave del film y el argumento original.
De hecho, el ritmo me ha parecido excelente y la precisión con el libro fabulosa, salvo en algunos detalles como cierta costumbre del abuelo de Sophie (donde no se explayan lo suficiente, la verdad) o la enemistad entre Aringanosa (Alfred Molina) y Fache, cuando en verdad deberían haber acabado siendo lo que eran, amigos y fieles en su propia causa. Pero es normal, teniendo en cuenta que estamos hablando de un tocho de más de quinientas páginas.

Lo único negativo podría ser las imprecisiones del argumento, creo que lo que ha hecho más mal que bien tanto a la película como al libro ha sido la publicidad que les ha dado algunos historiadores que pretendían poner el argumento como verídico y un gran descubrimiento para la humanidad, como si Dan Brown fuese un descubridor que pretende abrirnos los ojos a través de esta historia de persecución policial y enigmas sin resolver. Pero pienso que exigirle total veracidad a esta película es ridículo, estamos ante una adaptación de una novela de ficción (énfasis en esta palabra, por favor) donde se explican cosas con cierto realismo y documentación, haciéndolo lo más creíble posible, excepto por el final, que es muy previsible además (ya huele el tema del Elegido y tal).

Así pues, como he leído en una crítica por ahí (de las pocas positivas que hay aparte de esta), estamos ante una especie de Indiana Jones pero sin látigo ni tanta acción (y ya puestos, con un protagonista sin carisma, sobre todo por culpa del actor), aunque sí con aventura, ya que durante el metraje estamos presenciando un tira y afloja, así como una persecución constante que llega a ser emocionante en algunos momentos. No es un gran argumento ni la historia que cambiará tu vida para siempre, de hecho algunos momentos están pillados con pinzas y el final... Bueno, digamos que será capaz de dar un poco de vergüenza ajena a más de uno, aparte de que se hace realmente largo, ya que da la impresión de que no acaba, tras desvelarse al fin el enigma, o al menos eso parecía. Pero no es algo que destroce toda la película, ni mucho menos, una película a la que se le ha exigido más de lo que se debería, teniendo en cuenta el libro que adapta. Y es que la fama es y puede ser MUY negativa, y más si unos cuantos críticos la ponen por los suelos con abucheos incluídos. Lo gracioso es que en la sala donde estuve hubieron aplausos al acabar la película, seremos ignorantes...

Lo que más me ha disgustado ha sido, sin duda, la elección de Tom Hanks como actor, que me ha parecido realmente risible y ridícula, quedándose con una cara de bobo cada dos por tres que daban ganas de pegarle tres tortazos para ver si espabilaba. Es un gran ejemplo de cómo escoger al actor más inadecuado posible, está realmente desacertado, es inexpresivo a más no poder y parece que actúe con desgana. Para colmo, delante de Tatou (Sophie, por cierto) parecía el padre de la chiquilla, no había ni un ápice de química entre ellos, casi me alegré de que no se insinuara amor entre ellos, de hecho yo pensaba que era más bien un afecto paternal, más que otra cosa. Los demás, soberbios, desde Ian McKellen (como siempre, en su salsa) hasta Paul Bettany, que interpreta a un Silas temible y perverso, aunque da la impresión de que es un Sith en busca del poder que destruirá el universo. Sin olvidar a Alfred Molina (que tampoco realiza un papel destacable y acentúa la idea de que la Iglesia es representada como el lado Oscuro y maléfico de la Fuerza) y a un Jean Reno que está eternamente cabreado en la persecución, pero hace lo que puede.

En definitiva, no es una obra maestra (el libro no lo es, así que...) pero se deja ver, es entretenida y ofrece un argumento muy interesante, por muy ficticio que sea. Patina un poco en los diálogos (algunos risibles) pero no estropean el conjunto de una película que tiene un buen ritmo y secuencias muy interesantes. ¿Por qué tanto odio hacia ella? Si te gustó el libro, no lo dudes, que está muy pero que MUY bien tratado. Interesante y recomendable, las críticas no le hacen justicia.

lunes, mayo 15, 2006

Ed Gein, el padre de Leatherface, Norman Bates y Buffalo Bill.

Año: 2000.
Duración: 89 minutos.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Director: Chuck Parello.

Aunque muy tarde (teniendo en cuenta la fama que ha tenido este asesino a lo largo de los años), Ed Gein acabó teniendo su propia película, cuyo título es, precisamente, su propio nombre. Chuck Parello es quien se encarga de realizar la biografía del llamado demonio de Plainfield. Os preguntaréis quién diablos fue este hombre. Pues bien, ni más ni menos que el psicópata culpable de que existan personajes como Leatherface, Buffalo Bill y Norman Bates, pues los creadores de éstos se basaron en él para sus historias, costumbres y modus operandi. Todo un encanto de persona, ¿verdad?
Sobre su historia, destacar que fue un hombre que siempre vivió en las faldas de su madre, una fanática religiosa que tuvo a su hijo totalmente reprimido sexualmente y apartado de la sociedad solo porque ella creía que todos eran unos pecadores y no quería que acabara como ellos. Esto hizo de él un hombre totalmente dependiente que, cuando vio a su madre morir, se quedó completamente solo y con un gran trauma que le llevó a realizar diferentes actos como el asesinato y la colección de cadáveres, interesado sobre todo por los libros que trataban sobre el tema. Si es que la represión es "mu mala", hombre.

Pues bien, la película se encarga de relatar estos sucesos reales de un modo casi biográfico y documental. El problema es que, aunque no escatima en detalles y muestra gran parte de la historia real con cierto análisis en la mente de este perturbado psicópata, el aire a lo telefilm barato no hace justicia a un argumento basado en hechos reales que bien podría ser realmente inquietante. Aparte, el tratamiento que se hace del asesino es excesivo, demasiadas interpretaciones ayudan a no creerse parte de la historia y hay momentos en los que te preguntas por qué se inventan o reinterpretan escenas de cualquier manera. Por otro lado, el modo lineal en el que se cuenta la historia tampoco ayuda, apenas hay capacidad para la sorpresa y, salvo por el final, no hay ninguna escena de gran impacto. No pido gore ni sensacionalismo barato, que al menos la película no cae en esos derroteros (esta es una gran virtud), pero sí un poco más de valentía en la dirección y el modo de enfocar tan impactante historia debería ser más atrayente e interesante.

Un ejemplo de las escenas reinterpretadas en la película con respecto a los sucesos reales es la entrada de Gein, siendo un niño, en el matadero particular de su casa, que es un tanto desconcertante, porque vemos que los padres se percatan de la presencia del chaval y el padre le riñe para luego intentar echarlo por las malas. Sin embargo, la madre mima al pobre niño y le cuenta lo malo que es su marido, simplemente se concentra en decir eso y poco más. Pues bien, supuestamente, ambos progenitores debieron haber seguido con su tarea, tan solo la madre se percataría y permitiría la observación del hijo menor, de una manera bastante retorcida. Al menos, eso decía Gein durante el interrogatorio, ya que sería uno de los momentos de su vida que más repetiría con gran fervor.
Otro ejemplo sería la muerte del hermano, Henry, que si bien fue bastante misteriosa y difícil de concretar, está realizada de un modo bastante chapucero en el film y, encima, contradice completamente los hechos reales, pues se suponía que murió desnucado lejos de los restos calcinados del granero, que estaba en llamas en un incendio. Nada que ver con el golpe de culata que le asesta Gein en la película, que nos quiere hacer creer que lo hizo porque Henry pretendía irse de casa y despotricaba contra la madre. Esto último sí que corresponde con lo que pasó, aunque venía de lejos y no profundizan en ello.

Por otro lado, en la película abusan de los flashback (donde, por otra parte, se obvian detalles como la lejanía del hogar del asesino con respecto al pueblo y la dependencia de Ed Gein con la madre, aunque al menos no olvidan el fuerte complejo de Edipo) y faltan retazos de gran importancia como aquel del niño que ve las cabezas de los cadáveres en la habitación de Gein y lo comenta, más tarde, a sus padres, para que luego éstos no tomen crédito de las palabras del infante y simplemente pasen del tema, alegando que se trata de la ferviente imaginación de un niño. Aunque lo peor es esa manera de mostrar el fantasma de la difunta madre diciéndole al hijo a quién debe matar y por qué, sinceramente, muy fuera de lugar y un recurso fácil a la hora de intentar buscar una explicación de por qué hace lo que hace.
Pero todo esto no quiere decir que la película tenga sus cosas buenas, que las tiene, el propio Ed está muy logrado (el actor, Steve Raisbalck, está muy bien dentro del papel) y esa manera que tiene de pasar desapercibido por el pueblo está muy conseguida, como el tonto del pueblo que algunos apreciaban a pesar de sus excentridades. Así como la casa de los horrores, aunque creo que debería ser mucho más terrorífica de lo que puede verse.

Lo dicho, es una película correcta que presenta la biografía de este psicópata, aunque considero que no está a la altura de la leyenda de aquel que inspiró a Thomas Harris para el Silencio de los Corderos, a Robert Bloch para Psicosis y a Tobe Hooper para la Matanza de Texas. Bastante floja, aunque ganó dos premios en el Festival Internacional de Cinema de Catalunya, celebrado en Sitges, donde fue reconocida en las categorías de Mejor Película y Mejor Actor, Steve Railsback, sin duda lo más meritorio de esta producción.