jueves, diciembre 28, 2006

Maniac Mansion 2: El día del tentáculo.

Hablar de una obra maestra siempre es difícil, más que nada porque no puedes decir nada malo de ella y al final todo son adjetivos positivos a tutiplé y montones de alabanzas que podrían cansar a cualquiera. Pero lo cierto es que esta secuela de Maniac Mansion rompe con todos los tópicos posibles sobre aquello de que segundas partes nunca fueron buenas. De hecho, lo sorprendente es que saliera esto de una secuela de un juego que simplemente parte de una parodia de las típicas películas protagonizadas por adolescentes, que deben adentrarse en mansiones o lugares habitados por familias o personajes pintorescos fuera de lo normal, totalmente retorcidos e inhumanos. Al estilo “La Matanza de Texas”, básicamente. Pero Day of Tentacle va mucho más allá, aprovecha los personajes que pudimos ver en aquel mítico juego que significó el inicio de la aventura gráfica y el tono es muy distinto, más divertido, descacharrante y original.

No solo se reinventa el concepto a pesar de seguir la mansión, está lejos de ser un remake y nos ofrece una aventura totalmente distinta donde el escenario es la misma mansión de siempre pero mostrada desde el presente, el pasado y el futuro. Aparte, el tono es más humorístico que el pretenciosamente terrorífico de la primera (esa Edna paseando por los pasillos sobresaltaba a cualquiera por lo inesperada que era), lo cual hace que esta aventura gane muchísimos enteros, porque sabe aplicar el humor con gusto.

Tenemos a tres personajes: Bernard (uno de los jugables de la primera parte), Labern y Hoagie, los tres se verán inmersos en la misión de detener a un tentáculo púrpura con ganas de conquistar el mundo tras haber obtenido dos apéndices que se asemejan vagamente a lo que deberían ser dos brazos. Ellos serán los que intentarán ir al pasado reciente con la máquina del tiempo para evitar que el maldito tentáculo beba el producto que le ha dotado de cierta megalomanía. Por desgracia, la máquina del tiempo del doctor Fred falla miserablemente y los tres son lanzados a diferentes períodos: Pasado, presente y futuro, aunque el lugar sea el mismo, la mansión. Es por ello que deberán regresar para poner de nuevo en funcionamiento la máquina y pararle los pies al tentáculo púrpura. Por desgracia, el futuro es poco halagüeño, en el pasado hay que inventar la electricidad de cualquier manera y en el presente hay que arreglar la máquina.

Como puede verse, el argumento es original, simple pero efectivo, con unas misiones muy claras. Todo lo contrario a su antecesor, donde apenas se tenía claro lo que había que hacer realmente. Lo mejor del juego son las miles de posibilidades que ofrece y su complicada gestión, ya que a pesar de tener un nivel medio (que no es muy complejo hacérselo, vaya) es tan libre que puedes hacer las acciones por el orden que te venga en gana. Y lo más divertido es que manejas a los tres personajes en el mismo lugar, solo que en diferentes períodos, lo cual hace que el juego gane muchos enteros y tenga mucha riqueza, ya que entre los tres pueden pasarse los objetos y es admirable lo diferente que piensan entre ellos. Solo hay que hacer que Labern, Bernard y Hoagie miren uno, los tres no te dirán lo mismo y demuestran su propia personalidad.

Las escenas son descacharrantes, ocurrentes y muy divertidas, hasta el punto en que nunca podrás decir que una es mejor que la otra. Por decir varios ejemplos, Labern tendrá que disfrazar a su momia en un mundo dominado por los tentáculos para que gane un concurso de belleza humana y hacerse con el trofeo. La manera en que tendrá que deshacerse del favorito del concurso es realmente divertida. Otro gran momento ocurrente es el momento en que Hoagie logra que los padres fundadores de la patria (entre ellos el mismísimo Washington, que es un secundario de lujo) abandonen su estancia creyendo que hay un incendio.
No se puede decir que el juego aburra porque es imposible, a no ser que estés atascado y dando demasiadas vueltas con los personajes, algo inevitable en una aventura gráfica.

Y si el desarrollo es perfecto los secundarios no se quedan atrás, hay un montón y todos son divertidísimos. Lo que no hay que perderse es el retorno de aquellos que poblaron la mansión en Maniac Mansion, algunos bastante cambiados y hasta mejor que antes.
A esto ayuda el acabado técnico del juego, que también merece vítores por todos lados (¿qué decía sobre hablar de las indiscutibles obras maestras?). Los diseños son geniales y la animación es bestial, de auténtico dibujo animado a pesar de la resolución de la época (totalmente comprensible, por otra parte), con unos personajes que se mueven de una forma estrafalaria y de mil maneras distintas. Tan solo hay que ver cómo se meten por la chimenea los tres personajes del juego: el más gordo (Hoagie) tratará de adaptarse a ese estrecho agujero mientras que la más delgada (Laverne) pasará con soltura. Las animaciones están tan cuidadas y son tantas que hasta los personajes se mueven cuando los dejas el control quieto, la expresión al levantarse las gafas de Bernard es inesperada y más que apropiada.

Hay alguna que otra escena cinemática, aunque la verdad no son demasiadas, una al principio y alguna ocasional en algún momento del juego, pero la verdad es que no son muy necesarias, ya que los personajes están próximos a la pantalla y los fondos están muy detallados a pesar de ser muy caricaturescos. Por no decir que siempre hay algo en movimiento en alguna parte. Por cierto, atención a los diferentes guiños que aparecen de vez en cuando, es muy común ver cosas como el casco de Darth Vader o un cuadro donde aparece el propio Sam (de Sam y Max) entre los objetos del fondo.

La paleta limitada de 256 colores es soberbiamente aprovechada sobre el sistema SCUMM con scroll cuando se necesita y el sistema es básico, con el inventario y las acciones en la parte inferior de la pantalla. Estas acciones son las mismas de otros juegos de Lucasarts, tales como Mover, Coger, Empujar, Tirar, Mirar, Abrir, Cerrar, etc. Son las mismas que se emplearon para la versión remozada de Maniac Mansion, la de 256 colores, ya que en el juego original era excesivamente exagerado el número de acciones que habían.
La música y los sonidos tampoco desmerecen, aunque los efectos sonoros serían aprovechados hasta en Sam y Max (de los mismos programadores, claro) y las voces que se escuchan en la intro son de elogio, aunque nunca fueron dobladas en España. Dicen que hay una versión donde puede jugarse el Day of Tentacle enteramente con voces, pero por desgracia yo no he podido encontrarla, aunque debe ser bestial.

Pues eso, es la aventura gráfica por excelencia y lo he pasado bomba con ella, sus personajes son tan carismáticos y las situaciones TAN ocurrentes que se perdona la simpleza de su argumento a favor de un desarrollo más que complejo. El mejor de Lucas Arts en mi opinión, totalmente insuperable.

miércoles, diciembre 27, 2006

X-men 3, la decisión final.

Año: 2006.
Duración:
104 minutos.

Nacionalidad:
Estados Unidos.

Director:
Brett Ratner.


Siempre he tenido cautela en este blog para reseñar películas de superhéroes, sobre todo porque siempre he querido ofrecer variedad más allá de cómics y demás personajes del género de los tipos con poderes enfundados en mallas. Pero lo cierto es que tarde o temprano iba a comentar alguna adaptación del mismo y esta no es la primera vez que lo hago, pues Daredevil y Elektra tuvieron ya su crítica en su momento, más que nada por la terrible decepción que me supusieron ambas, las peores de Marvel en mi opinión. Y ahora le toca el turno a la tercera y última parte (por ahora) de una saga tan magnífica como es la de X-men, iniciada con mucho acierto por Singer, el director que logró aupar el género superheroico al cine, dándole madurez y haciéndolo creíble. Los mutantes en la pantalla grande sorprendieron a propios y extraños con un relato que se dirigía más al género de ciencia ficción que al de los superhéroes, aun siendo héroes contra villanos en la primera parte, cosa que se complicó bastante en la segunda con la guerra contra los humanos que pretenden cometer un genocidio por miedo a lo que desconocen y no comprenden. Es realmente una adaptación perfecta, el espíritu de Claremont fue llevado con destreza a la gran pantalla en las dos primeras partes, que se prestan a futuros artículos analizándolas. Sin embargo, es curioso que empiece por la última, que ni tan siquiera está dirigida por Singer.

Cuando todos nos enteramos de la ida del director nos llevamos las manos a la cabeza. Muchos nos preguntábamos cómo era posible que abandonara una saga que había empezado y ni tan siquiera había finiquitado, sobre todo con el increíble cliffhanger que nos dejó en la segunda parte, con esa Jean Grey “muriendo” en las aguas del lago Alkani, para salvar a sus compañeros, dando muestras de la increíble y desmesurada evolución de su propio poder telekinético.
Al final, Singer se fue a la competencia para hacer el retorno de Superman (de esta película hablaré laaargo y tendido, no temáis) y los fans mutantes nos quedamos defraudados, con miedo por saber qué iba a ser de la franquicia y quién iba a contarnos la historia del Fénix cuyo prólogo tanto nos había impresionado al final de la segunda parte. Las primeras noticias no fueron nada halagüeñas y el primer director asignado no podía ser más decepcionante o temido, un novato que respondía por el nombre de Matthew Vaughn, cuyo mayor logro era ser marido de Claudia Schiffer. Por suerte (o por desgracia, nunca lo sabremos, aunque no apostaría por él), al final acabó abandonando el proyecto por razones personales que nunca conoceremos con certeza y dejó paso a Brett Ratner, curiosamente uno de los que iban a encargarse de Superman, ironías de la vida. Las buenas noticias fueron en un principio que los actores repetían, asegurando así la continuidad de la saga, aunque lo mejor fue el primer trailer, el cual sorprendió muchísimo, nadie se lo esperaba tan atractivo. Pero cuando llegó el segundo… los vítores fueron abrumadores y el interés aumentó progresivamente ante tanto adelanto, llegaron hasta a subir siete minutos de película en la red.

¿Y al final qué tenemos? En un principio cabría destacar una trama que recoge demasiados elementos como para poder presentarlos debidamente en hora y media de película, una escasa duración para el desenlace de una saga que se ha ido desarrollando a lo largo de dos largometrajes, el segundo de más de dos horas. No obstante, lo escogido es interesante y el tema de la cura que presentó Whedon en Astonishing X-men es presentado como una evolución más que coherente del tema mutante, por no decir que es un argumento que ofrece muchos puntos de vista en lo que a moralidad se refiere, ofreciendo una moraleja al mundo real. Con esto quiero decir, ¿tiene que ser una vergüenza ser mutante, debemos sentirnos obligados a no serlo en un mundo que nos odia y nos teme, o acaso es patético el que nos den la posibilidad de elegir? Así es como el personaje de Pícara es el máximo exponente de esta parte de la trama, que es la que al final toma la decisión final que parece rezar el título de la película.
Pero todo gira alrededor de dicha cura, los X-men se ven influenciados por los ataques terroristas que Magneto empieza a organizar en contra de esta, poniendo de su parte a mutantes ofendidos por la creación de la misma para desatar la guerra de la que siempre había hablado. Aún así, no es lo único de lo que va la película, también tenemos el regreso de Jean Grey, que supuestamente murió en la segunda parte y regresa para desvelar los secretos de un Charles Xavier que se desvela como el maestro manipulador que es, pensando que el fin justifica los medios. Así se lo hace ver un Lobezno ofendido al ver lo mucho que ha tanteado en la mente de un ser humano como es la pobre Jean.

En primer lugar hablaré de la adaptación, la película ofrece una visión un tanto simple del Fénix, que no tiene nada que ver con los cómics,. No tenemos al imperio Shi´Ar, no contamos con una entidad espacial que aspira a sentir lo que los humanos sentimos tras poseer el cuerpo de uno de nosotros, no vemos siquiera el ave de fuego… No, el Fénix es simplemente la manera que tiene Xavier de llamar a la segunda personalidad encerrada en el subconsciente de Jean, esa parte que recoge todo el poder que corrompe a la persona que lo usa y es un grave peligro para quien esté en su alrededor y se convierta en su víctima.
No es que esté mal esta versión del personaje, de hecho es una evolución más que coherente teniendo en cuenta lo visto en las anteriores películas y el progresivo aumento de los niveles de poder de Jean, que pasó de levitar una simple jeringuilla a detener una masa de agua más que destacable mientras anclaba el peso del Pájaro Negro
sobre el suelo. Lo que sí que no concuerda es la nula aparición del pájaro de fuego. Quien me diga que no soy coherente con este hecho tras la explicación dada en esta película, debería dar un repaso a la segunda parte y ver la silueta del final o cuando las llamas salen del cuerpo de la mujer justo antes de morir, por no hablar de las que aparecen en sus propios ojos mientras expresa su temor o sorpresa al ver algo que no sabía que tenía en su interior.

Para colmo, los problemas con el actor que interpreta a Cíclope sacaron al personaje de la película enseguida y recibe un desenlace más que desafortunado que ni tan siquiera es mostrado con claridad. El argumento del Fénix cojea en cuanto el personaje de Scott Summers desaparece de la ecuación y pasa al ostracismo. Eso sí, los que no conozcan el cómic apenas echarán en falta a este personaje, tan poco lúcido en partes anteriores, ya que ni el propio Singer se ha dignado a tratarlo como es debido.

Por lo demás, hay detalles que dan un poco de vergüenza ajena, sorprende ver a Calisto de una manera tan radicalmente distinta y protagonizada por una actriz que es demasiado guapa para ser ese personaje. Por no hablar de que los poderes no se corresponden y parece sobrar un poco esa rapidez made in Mercurio de la que hace gala, por no decir que la manera en referirse a los mutantes por niveles parece de un videojuego, creo que queda fatal en la película y se presta a muchos chistes fáciles. Aparte, los morlocks son inexistentes y solo vemos a una panda de mutantes que pretenden seguir a Magneto porque defienden su causa. No es que esté mal, pero es una pena que desaprovechen una escena en los túneles del subsuelo y más mutantes deformes, que es algo de lo que peca la película, de una terrible falta de imaginación a la hora de presentar cierta variedad de mutantes, porque los únicos interesantes son algunos como esa extraña Arco Voltaico, el Juggernaut (que hace de villano sin ser hermanastro de Xavier, algo que no me importa demasiado, la verdad sea dicha) y poco más, porque Pincho me pareció un mutante realmente pobre.
No obstante, en el bando de los buenos tenemos una excelente Bestia protagonizada por Kelsey Grammer con muchísimo acierto y captando de sobra al personaje. Y no es el único, Gatasombra es la encantadora chica que atraviesa paredes, la llamada Kitty Pryde que todos soñamos ver en la pantalla grande, la han captado a la perfección, aunque se permiten la licencia de hacerla partícipe de un trío amoroso con Bobby y Pícara, necesario para la elección final de la segunda. No obstante, se hecha muy en falta la ausencia de Rondador Nocturno, que ni tan siquiera tiene explicación.

Hasta ahora parece ser que solo sé sacarle puntos negativos a la película y podría decirse que no me gustó nada o no lo suficiente. La verdad es que la primera vez que fui a verla salí escaldado del cine, completamente decepcionado e incluso muy triste por el resultado, que no era todo lo grandioso que esperaba. Realmente echaba en falta la presencia de Singer y su propia personalidad en la película, se nota muchísimo su ausencia y en general el tono ha dado un giro radical, pasando a ser menos introspectivo y con mucha más acción y espectacularidad. Eso en ciertos argumentos con tantas posibilidades y tan extensos como los presentados aquí en hora y media de película es preocupante, los personajes no están del todo desarrollados y algunos parece que estén por estar, como Coloso (que si habla durante la película no me acuerdo) y ese Ángel que tiene un debut impresionante para acabar yendo a la mansión de Xavier con más pena que gloria, de una manera bastante pobre, sin hacer nada durante toda la película que no sea un cliché absurdo y predecible cerca del final. También fracasa técnicamente en algunas partes, no tiene el mimo que Singer dota a sus películas, ese enfermizo gusto por el detalle y esos enfoques que tanto sorprenden al estilo Dama Mortal VS Lobezno en X-men 2, donde hay escenas que realmente impactan. Cosas como esa manera de hacer que Logan masacre todo lo que tiene por delante sin que sus garras jamás estén untadas de sangre (vale que es una película para todos los públicos pero… joder, hay maneras ingeniosas de ocultarla), o algunos efectos especiales donde se notan demasiado los cables, algunas peleas que no tienen ningún ingenio y apenas destacan como la de Juggernaut contra Lobezno (con esos techos de mantequilla), etc, etc.
En definitiva, la película me decepcionó por lo que pudo haber sido y por lo que exigí en ella.

Sin embargo, todas estas carencias quedaron relegadas en un segundo plano tras el segundo visionado, que me sorprendió muy gratamente y me hizo ver muchas de las virtudes mostradas en este filme de Ratner.

Para empezar, hay muchísimos guiños para los fans de los mutantes, ese lanzamiento especial entre Coloso y Lobezno, así como la manera en que nos es mostrada la Sala del Peligro nada más empezar la película son una "delicatessen” para los lectores que deseaban ver esas escenas del cómic convenientemente recreadas en una película. Aparte de que hay escenas tan potentes e impactantes que te hacen olvidar esa introspección y desarrollo de personajes del que hablaba anteriormente. Por ejemplo, por mucho que el Fénix no tenga ese efecto especial de las llamas que tanto eché en falta, lo cierto es que han sabido plasmarlo con acierto. Esa Jean Grey poseída acojona, y mucho, recuerda un poco a Carrie en algunas ocasiones (por no hablar de la herencia Willow), pero es que la Famksen está soberbia e interpreta a una mujer ávida de sensaciones que quiere exteriorizar con su poder hasta las últimas consecuencias. La batalla mental que sostiene contra Xavier es de órdago y es ahí donde el director se sale, logrando una intensidad muy emotiva que se sostiene con la excelente banda sonora de Powell. Yo recuerdo no pestañear mientras el calvo de la silla de ruedas quedaba suspendido en el aire justo antes de que ocurriera algo que tenía previsto pero no podía imaginar cómo.
Y no es lo único, la “pelea” (realmente no es tal) entre Kitty y Juggernaut es francamente divertida, muy agradable de ver sobre todo por el ingenio de Gatasombra, que vence a un tipo enorme aparentemente imparable. Además, el Hombre de Hielo nunca fue lo que su alias indica, pero
en la gran batalla final contra Pyros, se hace realidad algo que todos estábamos esperando. Otro momento impactante sería el rescate de Mística y el final con Lobezno y Fénix, por no hablar del escarceo entre ambos, cuando se dejan llevar, pensaba que los padres iban a llevarse a sus hijos del cine, jooder.

Por otro lado, los personajes no están desvirtuados y se nota la presencia de un guionista que ha estado ahí a lo largo de la saga, los guiños a las partes anteriores están presentes y recuerdo la emoción al ver a Magneto regañando a Pyros tras haberse metido éste con Xavier y en la batalla al dirigir a sus mutantes como si fueran piezas de ajedrez: -Primero los peones (los mutantes que reciben el primer impacto), luego el caballo (la mismísima Arco Voltaico), la torre (Juggernaut), el alfil (Pyros) y, aunque cae el rey (Magneto), todo acaba con la Reina (el Fénix). Pero es que todavía hay muchísimos más paralelismos, cosas como el despertar de Jean en el quirófano de la mansión de la misma manera en que encontró a Lobezno en la primera parte, o cuando Magneto juega solo al ajedrez al final de la película porque simplemente no acepta a otro contrincante. También querría destacar la escena de cuando éste trata de recoger las pistolas de los soldados en la última gran batalla con su poder magnético y ve que son de plástico, diciendo entonces que han aprendido. Sin olvidar la conversación entre Pícara y un Lobezno que deja de ser paternal para ser un amigo que no le impone su criterio, etc, etc.

La película está repleta de grandes detalles, algunos geniales, que compensan todos los fallos que se puedan haber en ella y tiene un ritmo perfecto que no aburre en ningún momento, así como la acción en gran escala que se encontraba ausente en partes anteriores. En definitiva, no es mala película en absoluto, es una notable película de acción con grandes momentos y un mensaje. Es cierto que los argumentos no se terminan a desarrollar del todo y se echa en falta un poco más de ambición en la adaptación, el toque de Singer que aquí se encuentra ausente por culpa del abandono del director (ya sea por los problemas que ha tenido por la FOX o la ilusión que tenía por realizar una película de Superman), aparte de que tiene algunos fallos que son lamentables.

¿Que podría haber estado mucho mejor? Ya lo creo, pero también pudo haber estado mucho peor y la verdad es que considero que este desenlace es perfecto para la saga. A mí me gusta X-men 3, no es que mejor que la segunda parte pero es una adaptación más que correcta de la Patrulla-X que tanto veneramos los aficionados a los mutantes.