El Efecto Mariposa.

Año: 2004.
País: USA.
Duración: 113 minutos.

El domingo pasado tuve la oportunidad de ver una película que me llamó bastante la atención. La alquilamos entre tres y fue escogida por la recomendación de una persona a otra, yo tenía mis reservas y la verdad es que no sabía qué esperar de ella.
Pues bien, quedé bastante sorprendido.

Antes que nada, ¿qué es realmente el efecto mariposa? ¿Existe en la realidad?
Pues bien, el efecto mariposa es la amplificación de errores que pueden aparecer en el comportamiento de un sistema complejo.
¿Te has enterado de algo? Bueno, digamos que viendo la película puede quedar bastante más claro.

La película empieza de un modo aparentemente sencillo, estamos ante un chaval que vive con su madre porque su padre acabó en un psiquiátrico. Dicho chaval sufre amnesia, realiza actos muy extraños que luego no recuerda. Más tarde, a medida que se va haciendo mayor, tratará de recordar esos momentos y a fuerza de recordarlos, retrocederá literalmente al pasado, donde los vivirá de nuevo.
Es así como vemos que si no recuerda es porque todavía no lo ha vivido, todo está cohesionado y se debe tanto al pasado, como al presente y al futuro.
Lo mejor, es que ve que no solo puede vivirlos de nuevo, sino que puede cambiarlos por completo, eso hará que el futuro no sea el mismo y su vida cambie por completo.
A medida que va cambiando cosas, comprobará que puede ir de mal en peor y que una sola acción puede cambiarlo completamente todo, por lo que se verá obligado a analizar las situaciones de modo que llegue a un punto que sea el más satisfactorio tanto para él como para las personas de su alrededor, ya que cuenta con esa posibilidad.

Como puede verse, es una película poco común, con un ritmo bastante acelerado que mantiene enganchado a la pantalla. Los 113 minutos que dura la película se aprovechan bastante, hay miles de situaciones y montones de escenas, desde luego la vida del protagonista (Evan Treborn) es bastante ajetreada y muy, pero que muy interesante. No hay tiempo para aburrirse y creo que esa es una de las mayores virtudes. No obstante, el argumento da para mucho y ofrece muchas posibilidades, que en este caso han sido bien empleadas. Además, los retazos del pasado que el protagonista no recuerda, se irán descubriendo poco a poco, y puedo asegurar que no dejan indiferente.

Por otra parte, los actores se portan bastante bien, desde un Ashton Kutcher (el protagonista, Evan) bastante competente hasta una Amy Smart (la chica que anhela) muy, pero que muy sorprendente. No obstante, esta chica tuvo que interpretar a más de una “Kayleigh”, puesto que el personaje cambia completamente de personalidad por culpa a los cambios que Evan realiza en el pasado durante la película. Al fin y al cabo, casi se podría decir que ella es el centro de atención, el motivo por el que sucede todo.
Lo mejor es el paso de la infancia a la adolescencia y de ésta a la época de adulto, pocas veces he visto en una película una transición tan convincente, con unos actores tan adecuados para ello. De hecho, si veo al niño, aunque apareciera de adulto entre un montón de gente lo reconocería, de lo logrado que está.
Desde luego, el encargado del casting merece un diez rotundo.

En definitiva, una película interesantísima y muy bien hecha, con unas buenas actuaciones, un guión complejo que engancha y es muy imprevisible. Una película que te enseñará a apreciar lo que tienes, pues podría haber sido mucho peor. Os la recomiendo, vedla cuanto antes.