Los Mudokons son muy apetecibles y aunque la fábrica de carne haya sido destruida, todavía existen otras donde se aprovechan los huesos de éstos para realizar unos refrescos bastante adictivos. Aquí es donde entra Abe, convertido en un mesías para su pueblo por su participación en la anterior aventura, donde salvó a 99 de su especie de las garras de los malvados Glukkons.
Sí, en efecto, estamos ante una segunda parte que es exactamente igual que la primera solo que triplicada al cuadrado. ¿Esto significa que es olvidable y peor? Sorprendentemente, no es este el caso.
Aunque estemos con más de lo mismo, las posibilidades se han triplicado, ahora Abe dispone de muchas más acciones de las que ya tenía en la primera parte. Ahora, aparte de cantar, puede beber del refresco y tirarse pedos explosivos que arrancarán las risas (literalmente) de sus congeneres, mucho más receptivos que antes, antes solo tenías la atención de uno de ellos y ahora puedes hacer que te siga toda una manada. De hecho, puede decir más palabras, abofetear (...hasta matarlos, qué divertido, buahahaha), poseer más especies que antes y éstas tienen más acciones... En fin, que hay mil y una posibilidades, lo que hace mucho más interesante el juego.
Por otra parte, la historia es más atractiva que la anterior y las destilerías Soulstorm no son los únicos escenarios, Abe pasa por muchas más fábricas del mundo de Oddworld, pasando por una base militar, una especie de estación de trenes, hasta un criadero de Slogs bastante problemático.
En definitiva, que hay multitud de nuevos enemigos (los gusanos son sinceramente acojonantes y llegan a desesperar), multitud de escenarios, posibilidades triplicadas y el juego es largo, largo, largo. Es igual que la primera parte pero a lo bestia, duplicando la adicción, la jugabilidad y hasta la diversión. Lo cual ya es toda una proeza, pues hasta llega a superarla. Por no decir que ahora hay que rescatar un mínimo der 150 Mudokons, y hay recompensa si logras rescatar los 300 del juego, casi ná. Muchas pantallas secretas, desafíos y momentos de infarto. No sabes lo acojonante que es intentar salvar a dos de los tuyos pasando por los dichosos gusanos carnívoros, dios...
Y es que hasta la historia es mucho más interesante, con giros de guión y muestra muchas más cosas sobre Oddworld que antes no sabíamos. Pero lo mejor es, sin duda, el humor negro del que hace gala, que ha mejorado y está más presente. Solo ver los anuncios de los productos de los Glukkons como si unos noticiarios con mensaje subliminal se tratara, ya es para desencajarse de la risa. Sublime.
En cuanto a los gráficos, han mejorado mucho en colorido, variedad y diseño, aunque no hayan notables cambios. Pero lo dicho, ¿para qué cambiar lo que ya estaba bastante bien?
Un clásico de las plataformas en 2D, no os lo perdáis, porque la duración y la jugabilidad están absolutamente aseguradas.
Sí, en efecto, estamos ante una segunda parte que es exactamente igual que la primera solo que triplicada al cuadrado. ¿Esto significa que es olvidable y peor? Sorprendentemente, no es este el caso.
Aunque estemos con más de lo mismo, las posibilidades se han triplicado, ahora Abe dispone de muchas más acciones de las que ya tenía en la primera parte. Ahora, aparte de cantar, puede beber del refresco y tirarse pedos explosivos que arrancarán las risas (literalmente) de sus congeneres, mucho más receptivos que antes, antes solo tenías la atención de uno de ellos y ahora puedes hacer que te siga toda una manada. De hecho, puede decir más palabras, abofetear (...hasta matarlos, qué divertido, buahahaha), poseer más especies que antes y éstas tienen más acciones... En fin, que hay mil y una posibilidades, lo que hace mucho más interesante el juego.
Por otra parte, la historia es más atractiva que la anterior y las destilerías Soulstorm no son los únicos escenarios, Abe pasa por muchas más fábricas del mundo de Oddworld, pasando por una base militar, una especie de estación de trenes, hasta un criadero de Slogs bastante problemático.
En definitiva, que hay multitud de nuevos enemigos (los gusanos son sinceramente acojonantes y llegan a desesperar), multitud de escenarios, posibilidades triplicadas y el juego es largo, largo, largo. Es igual que la primera parte pero a lo bestia, duplicando la adicción, la jugabilidad y hasta la diversión. Lo cual ya es toda una proeza, pues hasta llega a superarla. Por no decir que ahora hay que rescatar un mínimo der 150 Mudokons, y hay recompensa si logras rescatar los 300 del juego, casi ná. Muchas pantallas secretas, desafíos y momentos de infarto. No sabes lo acojonante que es intentar salvar a dos de los tuyos pasando por los dichosos gusanos carnívoros, dios...
Y es que hasta la historia es mucho más interesante, con giros de guión y muestra muchas más cosas sobre Oddworld que antes no sabíamos. Pero lo mejor es, sin duda, el humor negro del que hace gala, que ha mejorado y está más presente. Solo ver los anuncios de los productos de los Glukkons como si unos noticiarios con mensaje subliminal se tratara, ya es para desencajarse de la risa. Sublime.
En cuanto a los gráficos, han mejorado mucho en colorido, variedad y diseño, aunque no hayan notables cambios. Pero lo dicho, ¿para qué cambiar lo que ya estaba bastante bien?
Un clásico de las plataformas en 2D, no os lo perdáis, porque la duración y la jugabilidad están absolutamente aseguradas.
1 comentario:
un gran clasico de los videojuegos tiene que ser recordado de ven en cuando si señor lo estoy jugando ahora y no a persido nada de encanto me encanta la primera y la sergunda parte _pj
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