Los foros de Dreamers me han motivado a escribir este artículo. Y es que, aunque hagas una etapa más que resultona, que marque época, con elementos completamente nuevos para un personaje anclado siempre en lo mismo, personajes secundarios soberbiamente tratados, una gran cantidad de personajes nuevos, situaciones inteligentes... Aunque hagas todo eso, siempre serás vapuleado por una única saga donde maltrates la continuidad. Estoy hablando de Straczynski (a partir de ahora llamado Strac) en la colección principal del trepamuros, y la saga malograda es Pecados del Pasado. Aunque... ya le vale al guionista, porque no es una saga malograda, es una saga que parece hecha aposta para eliminar todas las buenas críticas sembradas hasta ese momento.
De todos modos, me parece injusto que, por ello, se tienda a olvidar completamente los números anteriores, que encima se están sacando en el lujoso formato Best of Marvel y parece ser que tienen un éxito considerable. Yo también me apunto a esa edición, más que nada porque el resto del material que acompaña a esta colección en el formato español me parece directamente patético. Aparte, el guionista parece haber perdido mucha fuerza en los últimos números, tras Pecados del Pasado.
Hablemos, sin embargo, de su temporada con uno de los mejores dibujantes del medio: John Romita Jr.
En la edición española comenzamos con un número sobre el 11-S, el cual sería mejor obviar por intranscendente para la colección y por excesivamente patriótico, en el sentido de que cuesta mucho de creer el que Doc Muerte llegue a llorar por esos acontecimientos. Aún así, la verdad es que está bastante logrado como oda a la catástrofe, muchos madrileños cuando el 11-M debieron verse bastante identificados, desde luego.
Por otro lado, la primera saga ya muestra el nuevo concepto "mágico" que Strac inserta en la mitología del trepamuros sin que resulte forzado, el tema totémico, que convierte esta etapa en toda una macrosaga, con intervalos de vez en cuando, enteramente dibujada por John Romita Jr.
La primera amenaza no puede ser más emocionante, el imparable Morlun.
Aquellos que se derretieron con aquel famoso número de Roger Stern, donde Spidey se enfrentaba a Juggernaut, podrán ver algo semejante o quizás muchísimo más impactante y bestial. Al menos, yo lo considero uno de los mejores momentos de la etapa, por la sensación de que esta vez daba la impresión de que, el pobre Peter, no iba a poder salir de esta, el villano parecía invencible, era como si tuviera el destino sellado y no pudiera hacer nada para evitarlo. Pero, ey, para el carro, eso no es lo único que ofrece la saga, sino que también vemos un cambio en el status quo del personaje bastante serio, muy interesante y lógico, donde por fin se desprende del Daily Bugle (ya era hora) y entra de profesor en su antigua escuela, que encuentra verdaderamente cambiada, el tiempo no ha sido benévolo con ella. Por no hablar del nuevo secundario que traerá mucha cola más adelante, el misterioso Ezequiel, una especie de tio Ben para Peter, que sabe más de lo que parece a primera vista.
Todo eso en una sola saga, casi nada.
Luego vendrían unos cuantos números intimistas y de cierta calma para el personaje, antes de meternos de lleno en una saga de tres números bastante impropia para el personaje (no confundir como algo negativo).
Lo gracioso es que los números intimistas están muy lejos de resultar anecdóticos y simples, el listón no baja en absoluto, porque entramos de lleno en uno de los temas que más parece preocupar al guionista, el de los niños sin techo y... La Conversación.
Ese puede que sea uno de los mejores números de toda la serie de Spiderman, el momento en que Peter Parker y su tia May hablan como dos adultos sobre algo que podría afectar muy seriamente a la segunda, el hecho de que descubriera su mayor secreto, que era el superhéroe arácnido odiado por muchos, incluso por ella misma en tiempos pasados. Es un gran número de diálogos y sentimientos enfrentados, donde vemos un tratamiento de personajes asombroso, incluso logra darle vida a un personaje odiado por los fans, la resucitada en lo peor de la década de los 90 (sin lógica ni sentido) tia May.
Después del mes mudo (uno de los mejores, por la narración de JR JR, sin duda) llega una saga que parece más adecuada para el Dr. Extraño que para Spiderman, aún así, logra meter al protagonista con bastante acierto y hasta se atreve a acabarla con repercusiones terribles para el personaje, ligándola con el tema totémico, el cual parecía olvidado. Es una saga divertida, donde veremos el debut del Detective Lamont, una especie de Comisario Gordon cómico, por los divertidísimos diálogos que sostiene con su anfitrión. Y no solo eso, sino que encima Strac juega con todos los elementos que tiene a mano y hasta sigue tratando el tema de los niños sin techo. Todo en uno.
Seguidamente, llega por fin el momento de que Peter pueda encontrarse con Mary Jane para intentar reconciliarse con ella o, al menos, dar un primer paso. También veremos una crítica voraz contra el cine de adaptación (genial lo del Increíble Hombre Langostino, para partirse con las declaraciones del productor, la leche) y un enfrentamiento entre un nuevo Doctor Octopus y el viejo, un duelo personal en el que entra el trepamuros.
Teniendo en cuenta la extensión del artículo continuaré con él mañana, empezando por el debut de Shathra. Permaneced atentos.
De todos modos, me parece injusto que, por ello, se tienda a olvidar completamente los números anteriores, que encima se están sacando en el lujoso formato Best of Marvel y parece ser que tienen un éxito considerable. Yo también me apunto a esa edición, más que nada porque el resto del material que acompaña a esta colección en el formato español me parece directamente patético. Aparte, el guionista parece haber perdido mucha fuerza en los últimos números, tras Pecados del Pasado.
Hablemos, sin embargo, de su temporada con uno de los mejores dibujantes del medio: John Romita Jr.
En la edición española comenzamos con un número sobre el 11-S, el cual sería mejor obviar por intranscendente para la colección y por excesivamente patriótico, en el sentido de que cuesta mucho de creer el que Doc Muerte llegue a llorar por esos acontecimientos. Aún así, la verdad es que está bastante logrado como oda a la catástrofe, muchos madrileños cuando el 11-M debieron verse bastante identificados, desde luego.
Por otro lado, la primera saga ya muestra el nuevo concepto "mágico" que Strac inserta en la mitología del trepamuros sin que resulte forzado, el tema totémico, que convierte esta etapa en toda una macrosaga, con intervalos de vez en cuando, enteramente dibujada por John Romita Jr.
La primera amenaza no puede ser más emocionante, el imparable Morlun.
Aquellos que se derretieron con aquel famoso número de Roger Stern, donde Spidey se enfrentaba a Juggernaut, podrán ver algo semejante o quizás muchísimo más impactante y bestial. Al menos, yo lo considero uno de los mejores momentos de la etapa, por la sensación de que esta vez daba la impresión de que, el pobre Peter, no iba a poder salir de esta, el villano parecía invencible, era como si tuviera el destino sellado y no pudiera hacer nada para evitarlo. Pero, ey, para el carro, eso no es lo único que ofrece la saga, sino que también vemos un cambio en el status quo del personaje bastante serio, muy interesante y lógico, donde por fin se desprende del Daily Bugle (ya era hora) y entra de profesor en su antigua escuela, que encuentra verdaderamente cambiada, el tiempo no ha sido benévolo con ella. Por no hablar del nuevo secundario que traerá mucha cola más adelante, el misterioso Ezequiel, una especie de tio Ben para Peter, que sabe más de lo que parece a primera vista.
Todo eso en una sola saga, casi nada.
Luego vendrían unos cuantos números intimistas y de cierta calma para el personaje, antes de meternos de lleno en una saga de tres números bastante impropia para el personaje (no confundir como algo negativo).
Lo gracioso es que los números intimistas están muy lejos de resultar anecdóticos y simples, el listón no baja en absoluto, porque entramos de lleno en uno de los temas que más parece preocupar al guionista, el de los niños sin techo y... La Conversación.
Ese puede que sea uno de los mejores números de toda la serie de Spiderman, el momento en que Peter Parker y su tia May hablan como dos adultos sobre algo que podría afectar muy seriamente a la segunda, el hecho de que descubriera su mayor secreto, que era el superhéroe arácnido odiado por muchos, incluso por ella misma en tiempos pasados. Es un gran número de diálogos y sentimientos enfrentados, donde vemos un tratamiento de personajes asombroso, incluso logra darle vida a un personaje odiado por los fans, la resucitada en lo peor de la década de los 90 (sin lógica ni sentido) tia May.
Después del mes mudo (uno de los mejores, por la narración de JR JR, sin duda) llega una saga que parece más adecuada para el Dr. Extraño que para Spiderman, aún así, logra meter al protagonista con bastante acierto y hasta se atreve a acabarla con repercusiones terribles para el personaje, ligándola con el tema totémico, el cual parecía olvidado. Es una saga divertida, donde veremos el debut del Detective Lamont, una especie de Comisario Gordon cómico, por los divertidísimos diálogos que sostiene con su anfitrión. Y no solo eso, sino que encima Strac juega con todos los elementos que tiene a mano y hasta sigue tratando el tema de los niños sin techo. Todo en uno.
Seguidamente, llega por fin el momento de que Peter pueda encontrarse con Mary Jane para intentar reconciliarse con ella o, al menos, dar un primer paso. También veremos una crítica voraz contra el cine de adaptación (genial lo del Increíble Hombre Langostino, para partirse con las declaraciones del productor, la leche) y un enfrentamiento entre un nuevo Doctor Octopus y el viejo, un duelo personal en el que entra el trepamuros.
Teniendo en cuenta la extensión del artículo continuaré con él mañana, empezando por el debut de Shathra. Permaneced atentos.
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