Pues sí, ultimamente, como me aburro mucho en el tren cuando me dirijo hacia la universidad todas las mañanas, por lo que he decidido llevarme un libro para matar el tiempo del viaje, o un cómic que tenga y no me importe nada que sufra ciertos desperfectos (abertura de puntas, páginas que se doblan, suciedad de algún material, posibilidad de mancha con el aguarrás que lleve encima...). El elegido ha sido esta semana Superman Las Cuatro Estaciones, que lo tengo gracias al coleccionable que sacó El Mundo en su momento que fue bastante bueno, la verdad.
Con su lectura, lo cierto es que me llevé una grata sorpresa, y podría decir que es el mejor trabajo de Jeph Loeb y Tim Sale que he visto, lo dice alguien que tiene El Largo Halloween, Dark Victory, Spiderman Blue, Lobezno/Gambito: Víctimas, Investigadores de lo Desconocido, Daredevil Yellow... Solo me falta Hulk Gris para tener todas las obras de este tándem creativo, y sin embargo me la he leído prestada.
El caso es que he encontrado la miniserie bastante brillante, deliciosamente escrita y dibujada, es una especie de origen que comienza cuando Clark Kent empieza a plantearse el vivir fuera Smallville, cuando decide convertirse en Superman.
No he leído mucho del superhéroe, es uno de los personajes que menos me gustan, lo encuentro anticuado, poco interesante, demasiado bueno e inocente... En cierto modo, uno de esos personajes que no han aguantado bien el paso de los años (en mi opinión), gran muestra es el propio traje, que es lo que compone un gran icono difícil de superar, cierto, pero opino que, más bien, se debe al clasicismo, a que estamos tan acostumbrados a él que no podemos aceptar otro de ninguna manera, porque entonces ya no sería Superman. Así que yo soy incapaz de verle el mérito y cuando lo veo en imagen real me cuesta mucho asimilarlo, tomármelo en serio. En definitiva, Superman no goza de todas mis simpatías.
Aún así, hay ciertas obras que no merecen desperdicio alguno, esta es una de ellas.
Es un relato bastante intimista contado por cuatro narradores diferentes, que son personajes secundarios de la historia. Una historia separada en cuatro partes, las cuatro estaciones, la primavera está contada por Jonathan Kent, el verano por Lois Lane, el otoño por Lex Luthor y el invierno por Lana Lang (joder, cuantos nombres y apellidos que empiezan por L, luego dicen de Stan Lee). Los puntos de vista y la personalidad de cada uno de ellos está muy bien reflejadas, llegan a mencionar temas de su experiencia personal y su pasado. Muy logrado sobre todo en la parte de Luthor, que menciona las lecciones de su padre y lo que significa el superhéroe de las mallas azules y rojas para él. Diablos, llegas a entender al tipo, aunque luego se deja ver como alguien demasiado ambicioso, tiene tal envidia que le arrastra a matar e involucrar inocentes, aunque con cierta lógica, sin llegar a ser todo un psicópata.
Lo dicho, los personajes están muy conseguidos, así como la vida de Kent en Smallville, con un ambiente bastante logrado, donde las pequeñas cosas son las que importan y los jóvenes sueñan con salir del pueblo para conseguir metas ambiciosas, aunque luego sientan la cabeza cuando llegan a mayores. La mentalidad de la gente del pueblo nos da a entender la educación que recibe el protagonista, las lecciones de sus padres entre el respeto por los demás y la solidaridad. En verdad, todo acaba por resumirse en un "hazlo todo lo mejor que puedas" y Kent entiende que si es capaz de hacer más cosas que el resto de la humanidad, debe esforzarse por aprovechar sus habilidades por el bien de todos, por el bien mayor. En definitiva, Loeb transmite muy bien la personalidad del superhéroe y lo que realmente significa Superman, todo a través del mundo que tiene a su alrededor.
Luthor también está muy bien construído, es el antagonista absoluto, la persona que es incapaz de entender los intereses del superhéroe, que solo piensa en su posición social, en la opinión pública y en destacar, en ser un dios entre los insectos de la ciudad de Metrópolis. Es ambicioso, envidia a Superman y cree que no es más que un metomentodo, un desconocido que ha roto su felicidad dentro de la ciudad que su familia ha construído con sudor y lágrimas. Loeb lo retrata como algo más que un villano de opereta, es muchísimo más, es una persona que se siente invadida y superada, hay momentos en los que Superman se burla de él y llegas a compadecerle. El retrato del villano no podría estar más logrado, no señor, es algo semejante a lo que Claremont consiguió con Magneto en su momento (salvando las distancias, aclaro)) y es una pieza clave para la superación de Clark Kent como persona e ideal.
Aparte, siempre es curioso como la mente puede vencer a la fuerza, Luthor consigue derrotar a Superman en un momento de la historia a partir de un elaborado plan para hundir al personaje.
Eso sí, nada sería igual sin el dibujo de Tim Sale, es aquí donde consigue realizar uno de sus mejores trabajos, aunque sea más tosco que el que realizó en Daredevil Yellow o Dark Victory, por poner dos ejemplos. Su versión del superhombre puede resultar un poco chocante a primeras, no es la típica, tiene una barbilla muy ancha, más que un hombre de físico culturista parece un armario. Es su propia visión del personaje, que debería ser, según él, un hombre fuerte pero no por músculo, sino por su propia naturaleza.
Lo mejor de Sale, sin embargo, se encuentra en la vida que proporciona a los lugares donde el chico de Smallville se mueve, tanto el propio pueblo como la gran Metrópolis son dos lugares muy distintos y aquí está muy bien reflejado. Su Smallville es un retrato de la América clásica, de la tarta de manzana y las granjas amplias y amarillas. Su Metrópolis es la de Fritz Lang, con enormes rascacielos y un lujoso pavimiento, aunque menos oscura.
En cuanto a la narrativa, es marca de la casa del dibujante, perfecta. Sabe cómo debe moverse cada personaje y no hay dos iguales. Tan solo hay que buscar las diferencias entre Lana Lang y Lois Lane. Se compenetra a la perfección con el guionista, se nota que son amigos y están encantados de realizar una obra juntos. No obstante, los mejores guiones de Jeph Loeb son aquellos que dibuja Sale, por algo será.
Eso sí, sería realmente injusto pasar por alto al colorista, Bjarne Hansen, que realza el dibujo del artista de una manera asombrosa, termina de completar el ambiente y consigue que tenga más fuerza visual. Y es que sus acuarelas (intuyo, vaya) son preciosas, sabe muy bien qué tonos emplear en cada momento. Grandes ejemplos son los campos amarillos de la Granja de los Kent y la oscura noche azul de Metrópolis cuando Luthor decide comenzar con su plan.
En fin, unos colores magníficos.
Una joya, preciosa historia de tono afable e inocente pero contada y narrada de la manera menos ñoña posible. Encantadora y cautivadora, es una de las mejores que haya leído de Superman, incluso la considero por encima de Identidad Secreta (ya véis, que no me ha terminado de calar la, que considero, sobrevalorada historia de Busiek). Espero que Planeta la reedite como debe, en tapa dura, yo no me la perderé.
Con su lectura, lo cierto es que me llevé una grata sorpresa, y podría decir que es el mejor trabajo de Jeph Loeb y Tim Sale que he visto, lo dice alguien que tiene El Largo Halloween, Dark Victory, Spiderman Blue, Lobezno/Gambito: Víctimas, Investigadores de lo Desconocido, Daredevil Yellow... Solo me falta Hulk Gris para tener todas las obras de este tándem creativo, y sin embargo me la he leído prestada.
El caso es que he encontrado la miniserie bastante brillante, deliciosamente escrita y dibujada, es una especie de origen que comienza cuando Clark Kent empieza a plantearse el vivir fuera Smallville, cuando decide convertirse en Superman.
No he leído mucho del superhéroe, es uno de los personajes que menos me gustan, lo encuentro anticuado, poco interesante, demasiado bueno e inocente... En cierto modo, uno de esos personajes que no han aguantado bien el paso de los años (en mi opinión), gran muestra es el propio traje, que es lo que compone un gran icono difícil de superar, cierto, pero opino que, más bien, se debe al clasicismo, a que estamos tan acostumbrados a él que no podemos aceptar otro de ninguna manera, porque entonces ya no sería Superman. Así que yo soy incapaz de verle el mérito y cuando lo veo en imagen real me cuesta mucho asimilarlo, tomármelo en serio. En definitiva, Superman no goza de todas mis simpatías.
Aún así, hay ciertas obras que no merecen desperdicio alguno, esta es una de ellas.
Es un relato bastante intimista contado por cuatro narradores diferentes, que son personajes secundarios de la historia. Una historia separada en cuatro partes, las cuatro estaciones, la primavera está contada por Jonathan Kent, el verano por Lois Lane, el otoño por Lex Luthor y el invierno por Lana Lang (joder, cuantos nombres y apellidos que empiezan por L, luego dicen de Stan Lee). Los puntos de vista y la personalidad de cada uno de ellos está muy bien reflejadas, llegan a mencionar temas de su experiencia personal y su pasado. Muy logrado sobre todo en la parte de Luthor, que menciona las lecciones de su padre y lo que significa el superhéroe de las mallas azules y rojas para él. Diablos, llegas a entender al tipo, aunque luego se deja ver como alguien demasiado ambicioso, tiene tal envidia que le arrastra a matar e involucrar inocentes, aunque con cierta lógica, sin llegar a ser todo un psicópata.
Lo dicho, los personajes están muy conseguidos, así como la vida de Kent en Smallville, con un ambiente bastante logrado, donde las pequeñas cosas son las que importan y los jóvenes sueñan con salir del pueblo para conseguir metas ambiciosas, aunque luego sientan la cabeza cuando llegan a mayores. La mentalidad de la gente del pueblo nos da a entender la educación que recibe el protagonista, las lecciones de sus padres entre el respeto por los demás y la solidaridad. En verdad, todo acaba por resumirse en un "hazlo todo lo mejor que puedas" y Kent entiende que si es capaz de hacer más cosas que el resto de la humanidad, debe esforzarse por aprovechar sus habilidades por el bien de todos, por el bien mayor. En definitiva, Loeb transmite muy bien la personalidad del superhéroe y lo que realmente significa Superman, todo a través del mundo que tiene a su alrededor.
Luthor también está muy bien construído, es el antagonista absoluto, la persona que es incapaz de entender los intereses del superhéroe, que solo piensa en su posición social, en la opinión pública y en destacar, en ser un dios entre los insectos de la ciudad de Metrópolis. Es ambicioso, envidia a Superman y cree que no es más que un metomentodo, un desconocido que ha roto su felicidad dentro de la ciudad que su familia ha construído con sudor y lágrimas. Loeb lo retrata como algo más que un villano de opereta, es muchísimo más, es una persona que se siente invadida y superada, hay momentos en los que Superman se burla de él y llegas a compadecerle. El retrato del villano no podría estar más logrado, no señor, es algo semejante a lo que Claremont consiguió con Magneto en su momento (salvando las distancias, aclaro)) y es una pieza clave para la superación de Clark Kent como persona e ideal.
Aparte, siempre es curioso como la mente puede vencer a la fuerza, Luthor consigue derrotar a Superman en un momento de la historia a partir de un elaborado plan para hundir al personaje.
Eso sí, nada sería igual sin el dibujo de Tim Sale, es aquí donde consigue realizar uno de sus mejores trabajos, aunque sea más tosco que el que realizó en Daredevil Yellow o Dark Victory, por poner dos ejemplos. Su versión del superhombre puede resultar un poco chocante a primeras, no es la típica, tiene una barbilla muy ancha, más que un hombre de físico culturista parece un armario. Es su propia visión del personaje, que debería ser, según él, un hombre fuerte pero no por músculo, sino por su propia naturaleza.
Lo mejor de Sale, sin embargo, se encuentra en la vida que proporciona a los lugares donde el chico de Smallville se mueve, tanto el propio pueblo como la gran Metrópolis son dos lugares muy distintos y aquí está muy bien reflejado. Su Smallville es un retrato de la América clásica, de la tarta de manzana y las granjas amplias y amarillas. Su Metrópolis es la de Fritz Lang, con enormes rascacielos y un lujoso pavimiento, aunque menos oscura.
En cuanto a la narrativa, es marca de la casa del dibujante, perfecta. Sabe cómo debe moverse cada personaje y no hay dos iguales. Tan solo hay que buscar las diferencias entre Lana Lang y Lois Lane. Se compenetra a la perfección con el guionista, se nota que son amigos y están encantados de realizar una obra juntos. No obstante, los mejores guiones de Jeph Loeb son aquellos que dibuja Sale, por algo será.
Eso sí, sería realmente injusto pasar por alto al colorista, Bjarne Hansen, que realza el dibujo del artista de una manera asombrosa, termina de completar el ambiente y consigue que tenga más fuerza visual. Y es que sus acuarelas (intuyo, vaya) son preciosas, sabe muy bien qué tonos emplear en cada momento. Grandes ejemplos son los campos amarillos de la Granja de los Kent y la oscura noche azul de Metrópolis cuando Luthor decide comenzar con su plan.
En fin, unos colores magníficos.
Una joya, preciosa historia de tono afable e inocente pero contada y narrada de la manera menos ñoña posible. Encantadora y cautivadora, es una de las mejores que haya leído de Superman, incluso la considero por encima de Identidad Secreta (ya véis, que no me ha terminado de calar la, que considero, sobrevalorada historia de Busiek). Espero que Planeta la reedite como debe, en tapa dura, yo no me la perderé.
2 comentarios:
Llevo bastante tiempo pensando si comprarme esta serie, porque Superman tampoco es de mis favoritos, pero esto parece otra cosa. Tu reseña -muy completa, a mi entender- me viene estupendamente. A ver si consigo la oferta de Norma, o si no espero la versión de Planeta.
No me gusta Loeb, no e gusta superman, y sinembargo, me gusto este comic
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