Año: 2006.
Duración: 110 minutos.
País: Estados Unidos.
Director: M. Night Shyamalan.
He visto todas las películas del peculiar director que es M. Night Shyamalan, de hecho creo que de su corta filmografía tiene muchos elementos en común y ciertas inquietudes que se dedica a transmitir continuamente. El Sexto Sentido fue su gran éxito, tanto que desde entonces todo el mundo la compara con el resto de las películas que ha ido realizando tras ésta, alegando que nunca alcanzaría ese nivel de nuevo. Sin embargo, el Protegido la considero la mejor de todas las que ha hecho, por lo sorprendente e impactante de su original planteamiento, una película repleta de segundas lecturas con un final inesperado. Señales es un acercamiento al fenómeno extraterrestre de una manera única, una invasión presentada desde el punto de vista de una familia que se siente impotente ante la situación, lo malo es que el final es realmente pobre. Luego llegaría la desafortunada El Bosque, que es una película excelente en mi opinión, pero la publicidad nos engañó diciendo que se trataba de un filme de terror cuando no es tal, por mucho suspense que haya. Y finalmente llegamos al cuento de hadas que es La Joven del Agua (creo que habría quedado mejor La Dama del Agua, pero bueno), mi opinión es la siguiente.
El argumento trata de un hombre llamado Cleveland (Paul Giamatti) que trabaja como portero en los apartamentos de una urbanización conocida como The Cove. Una noche, tras tener noticias de que había alguien bañándose de noche en la piscina, encontrará una especie de ninfa (Narf las llaman) del agua que tiene que hacer contacto con el mundo del exterior para poder cumplir una misión. Cleveland se verá obligado, junto a los demás habitantes de los apartamentos, a ayudarla, defendiéndola de numerosos peligros que tratarán de evitar que consiga lo que se propone.
Para empezar, para ir a ver esta película hay que desconectar con el mundo real y tratar de meterse en la historia, dar por sentado que existen esas especies que desconocemos y habitan entre nosotros desde siempre. Hay que reconocer que el director se las apaña para realizar una historia, que no es más que un cuento que relataba a sus hijas de vez cuando, con cierto encanto y originalidad (mezclar lo cotidiano con lo fantástico con tanta destreza no lo hace cualquiera), repleta de mensajes y personajes con carisma, de entre los cuales destaca el tartamudo protagonista soberbiamente interpretado por Giamatti.
Desde la introducción, donde se nos cuenta el origen de las Narf como si nos estuvieran contando un cuento a través de imágenes simples y arcaicas, toda la película tiene un aire de historia mágica que evoca lo mejor y lo peor del ser humano. Desde el primer momento se habla de la perdición de la humanidad, de su carácter violento al no conectar con la naturaleza y la especie perdida. Durante la película siempre se ven las televisiones informando de las guerras de una forma sutil, contrastando con el argumento de la Narf llamada Story, que tiene una misión que cumplir y es precisamente encontrar una especie de utopía en el mundo.
La manera en que nos presentan a los habitantes de la urbanización es pasmosa, el inicio es atrayente y lo cierto es que muy interesante, sobre todo porque Story aparece más pronto de lo que yo tenía previsto, cosa que me sorprendió bastante teniendo en cuenta la costumbre de los filmes actuales de arrancar con la historia por la mitad.
Los habitantes, como iba diciendo, son una panda de freaks, muy diferentes entre sí y de diferentes culturas, una metáfora de un mundo unido que tiene una causa común. Todos tienen cierta carisma, desde el tipo que entrena solo una parte de su cuerpo hasta la japonesa cuya madre no entiende el inglés y es totalmente asocial. Aunque el mayor acierto es ese crítico que le saca punta a todo, el personaje desagradable que el propio director coloca para meterse con aquellos críticos que valoraron sus películas como si fueran basura.
Duración: 110 minutos.
País: Estados Unidos.
Director: M. Night Shyamalan.
He visto todas las películas del peculiar director que es M. Night Shyamalan, de hecho creo que de su corta filmografía tiene muchos elementos en común y ciertas inquietudes que se dedica a transmitir continuamente. El Sexto Sentido fue su gran éxito, tanto que desde entonces todo el mundo la compara con el resto de las películas que ha ido realizando tras ésta, alegando que nunca alcanzaría ese nivel de nuevo. Sin embargo, el Protegido la considero la mejor de todas las que ha hecho, por lo sorprendente e impactante de su original planteamiento, una película repleta de segundas lecturas con un final inesperado. Señales es un acercamiento al fenómeno extraterrestre de una manera única, una invasión presentada desde el punto de vista de una familia que se siente impotente ante la situación, lo malo es que el final es realmente pobre. Luego llegaría la desafortunada El Bosque, que es una película excelente en mi opinión, pero la publicidad nos engañó diciendo que se trataba de un filme de terror cuando no es tal, por mucho suspense que haya. Y finalmente llegamos al cuento de hadas que es La Joven del Agua (creo que habría quedado mejor La Dama del Agua, pero bueno), mi opinión es la siguiente.
El argumento trata de un hombre llamado Cleveland (Paul Giamatti) que trabaja como portero en los apartamentos de una urbanización conocida como The Cove. Una noche, tras tener noticias de que había alguien bañándose de noche en la piscina, encontrará una especie de ninfa (Narf las llaman) del agua que tiene que hacer contacto con el mundo del exterior para poder cumplir una misión. Cleveland se verá obligado, junto a los demás habitantes de los apartamentos, a ayudarla, defendiéndola de numerosos peligros que tratarán de evitar que consiga lo que se propone.
Para empezar, para ir a ver esta película hay que desconectar con el mundo real y tratar de meterse en la historia, dar por sentado que existen esas especies que desconocemos y habitan entre nosotros desde siempre. Hay que reconocer que el director se las apaña para realizar una historia, que no es más que un cuento que relataba a sus hijas de vez cuando, con cierto encanto y originalidad (mezclar lo cotidiano con lo fantástico con tanta destreza no lo hace cualquiera), repleta de mensajes y personajes con carisma, de entre los cuales destaca el tartamudo protagonista soberbiamente interpretado por Giamatti.
Desde la introducción, donde se nos cuenta el origen de las Narf como si nos estuvieran contando un cuento a través de imágenes simples y arcaicas, toda la película tiene un aire de historia mágica que evoca lo mejor y lo peor del ser humano. Desde el primer momento se habla de la perdición de la humanidad, de su carácter violento al no conectar con la naturaleza y la especie perdida. Durante la película siempre se ven las televisiones informando de las guerras de una forma sutil, contrastando con el argumento de la Narf llamada Story, que tiene una misión que cumplir y es precisamente encontrar una especie de utopía en el mundo.
La manera en que nos presentan a los habitantes de la urbanización es pasmosa, el inicio es atrayente y lo cierto es que muy interesante, sobre todo porque Story aparece más pronto de lo que yo tenía previsto, cosa que me sorprendió bastante teniendo en cuenta la costumbre de los filmes actuales de arrancar con la historia por la mitad.
Los habitantes, como iba diciendo, son una panda de freaks, muy diferentes entre sí y de diferentes culturas, una metáfora de un mundo unido que tiene una causa común. Todos tienen cierta carisma, desde el tipo que entrena solo una parte de su cuerpo hasta la japonesa cuya madre no entiende el inglés y es totalmente asocial. Aunque el mayor acierto es ese crítico que le saca punta a todo, el personaje desagradable que el propio director coloca para meterse con aquellos críticos que valoraron sus películas como si fueran basura.
Me recordó un poco a Eduardo Manostijeras, con estos personajes tan variopintos y curiosos, ambas películas cuentan un cuento también, pero las semejanzas acaban ahí porque La Joven del Agua es mucho más introspectiva y pretende dirigirse al espectador de una manera más sentimental, con momentos de mucha ternura y muchos mensajes sobre la humanidad, nuestra misión en la vida, etc, etc. No es nada nuevo en la filmografía del director, pero diría que es la primera vez que lo refleja de una manera tan explícita.
Sin embargo, creo que Shyamalan se repite demasiado con sus clichés, el más preocupante es el ritmo que dota a la película, demasiado lento y con demasiadas pausas entre conversación y conversación, muchos momentos donde los personajes se levantan de algún sitio, suspiran, se desperezan, etc. No es que esté mal enfocar la película de una manera diferente e incluso con escenas de reposo, pero creo que la historia no da para tanto, resulta desesperante tanta calma. Por ejemplo, en Kill Bill Tarantino maneja muchas conversaciones relajadas y con pausas, pero las compagina bien durante la película y consigue que esta no se haga aburrida o desesperante. Menos mal que dichos momentos cotidianos son rotos cuando aparece el lobo que trata de capturar a Story, con escenas de sobresaltos más que notables, que inquietan con el toque que el director sostiene y siempre ha tenido, aunque con mucho menos acierto que otras veces.
Otro de los clichés sería el de sus personajes con una misión en la vida, comprendo que especialmente en esta historia es necesario (y hasta obligatorio, de hecho) y no es un error, pero en este caso, el tratar de cumplir con la misión de Story durante toda la película con Cleveland preguntando entre los inquilinos de los apartamentos, hace que el argumento sea un tanto lineal y hasta aburrido en numerosas ocasiones, que se ve con interés pero sin demasiada gracia. Al menos tiene momentos realmente ingeniosos con el crucigrama o “leer” en las cajas de cereales, detalles que me gustaron mucho, así como descubrir qué papel tiene cada uno.
Volviendo al ritmo, a partir del momento en que Cleveland tiene que averiguar quién es quién en la misión de Story dentro el bloque de apartamentos, es cuando la cosa empieza a perder fuelle por culpa de la monotonía de las situaciones y el puzzle al que nos vemos sometidos sin actuar en él, hacemos de espectadores que sabemos lo que va a pasar y simplemente nos quedamos mirando porque resulta imposible implicarse. Aparte de que la gente de The Cove resulta ser demasiado complaciente, solo hay un momento donde actúan alegando que no entienden lo que está pasando o que simplemente no se lo creen. De hecho, el momento en que el crítico se encara con el Scrunt (una especie de lobo que da caza a Story), me sacó por completo de la película e hizo que me despistara por completo, me pareció realmente ridículo el soliloquio que cuenta antes de su desenlace. Y eso que entiendo lo que pretendía el director con la escena.
No encontré un sentimiento de maravilla parecido al de otras películas del mismo rasero como una de Tim Burton antes mencionada, eché en falta, sobre todo, alguna sorpresa notable. El director nos tiene acostumbrados con sorprendentes giros finales y no está obligado a hacer lo mismo en todas sus películas, pero en este caso casi es necesario mostrarnos algo de todo lo que dice Story sobre lo que ocurrirá cuando cumpla con lo predestinado o alguna dificultad más allá de la primera equivocación. Creo que todo acaba de un modo demasiado complaciente y feliz, por no decir de golpe, me dejó muy defraudado.
Sé que el argumento no hay que tomárselo muy en serio, ni tan siquiera buscarle la lógica, pero encuentro la película vacía, muy lineal y son muchas las cosas que no se entienden (el Scrunt se pasea por los apartamentos como Pedro por su casa y no se explica por qué Story es la elegida o por qué aparecen los Tarturic solo al final). En definitiva, no es mala película, pero no ha conseguido sorprenderme o maravillarme, la he visto sin pena ni gloria y creo que he visto cuentos de hadas mejores. Tiene buenos momentos y algunos mensajes notables, pero más allá de eso me falla el desarrollo y es tan personal que no me extraña que sea un fracaso en taquilla.
Sin embargo, creo que Shyamalan se repite demasiado con sus clichés, el más preocupante es el ritmo que dota a la película, demasiado lento y con demasiadas pausas entre conversación y conversación, muchos momentos donde los personajes se levantan de algún sitio, suspiran, se desperezan, etc. No es que esté mal enfocar la película de una manera diferente e incluso con escenas de reposo, pero creo que la historia no da para tanto, resulta desesperante tanta calma. Por ejemplo, en Kill Bill Tarantino maneja muchas conversaciones relajadas y con pausas, pero las compagina bien durante la película y consigue que esta no se haga aburrida o desesperante. Menos mal que dichos momentos cotidianos son rotos cuando aparece el lobo que trata de capturar a Story, con escenas de sobresaltos más que notables, que inquietan con el toque que el director sostiene y siempre ha tenido, aunque con mucho menos acierto que otras veces.
Otro de los clichés sería el de sus personajes con una misión en la vida, comprendo que especialmente en esta historia es necesario (y hasta obligatorio, de hecho) y no es un error, pero en este caso, el tratar de cumplir con la misión de Story durante toda la película con Cleveland preguntando entre los inquilinos de los apartamentos, hace que el argumento sea un tanto lineal y hasta aburrido en numerosas ocasiones, que se ve con interés pero sin demasiada gracia. Al menos tiene momentos realmente ingeniosos con el crucigrama o “leer” en las cajas de cereales, detalles que me gustaron mucho, así como descubrir qué papel tiene cada uno.
Volviendo al ritmo, a partir del momento en que Cleveland tiene que averiguar quién es quién en la misión de Story dentro el bloque de apartamentos, es cuando la cosa empieza a perder fuelle por culpa de la monotonía de las situaciones y el puzzle al que nos vemos sometidos sin actuar en él, hacemos de espectadores que sabemos lo que va a pasar y simplemente nos quedamos mirando porque resulta imposible implicarse. Aparte de que la gente de The Cove resulta ser demasiado complaciente, solo hay un momento donde actúan alegando que no entienden lo que está pasando o que simplemente no se lo creen. De hecho, el momento en que el crítico se encara con el Scrunt (una especie de lobo que da caza a Story), me sacó por completo de la película e hizo que me despistara por completo, me pareció realmente ridículo el soliloquio que cuenta antes de su desenlace. Y eso que entiendo lo que pretendía el director con la escena.
No encontré un sentimiento de maravilla parecido al de otras películas del mismo rasero como una de Tim Burton antes mencionada, eché en falta, sobre todo, alguna sorpresa notable. El director nos tiene acostumbrados con sorprendentes giros finales y no está obligado a hacer lo mismo en todas sus películas, pero en este caso casi es necesario mostrarnos algo de todo lo que dice Story sobre lo que ocurrirá cuando cumpla con lo predestinado o alguna dificultad más allá de la primera equivocación. Creo que todo acaba de un modo demasiado complaciente y feliz, por no decir de golpe, me dejó muy defraudado.
Sé que el argumento no hay que tomárselo muy en serio, ni tan siquiera buscarle la lógica, pero encuentro la película vacía, muy lineal y son muchas las cosas que no se entienden (el Scrunt se pasea por los apartamentos como Pedro por su casa y no se explica por qué Story es la elegida o por qué aparecen los Tarturic solo al final). En definitiva, no es mala película, pero no ha conseguido sorprenderme o maravillarme, la he visto sin pena ni gloria y creo que he visto cuentos de hadas mejores. Tiene buenos momentos y algunos mensajes notables, pero más allá de eso me falla el desarrollo y es tan personal que no me extraña que sea un fracaso en taquilla.
5 comentarios:
Ojo, que te faltan su dos primeros largometrajes: PRAYING WITH ANGER (1992) y WIDE AWAKE (LOS PRIMEROS AMIGOS, 1998)...
Y, efectivamente, LA JOVEN DEL AGUA es bastante más floja que sus trabajos anteriores, especialmente esas dos joyas que son EL PROTEGIDO y EL BOSQUE.
Joer, y yo ignorante perdido, creyendo que el director empezó con el Sexto Sentido. Está bien saber que ha hecho otras películas, gracias.
Efectivamente Shyamalan tiene películas antes de EL SEXTO SENTIDO.
Pero en lo otro, y siento ir contracorriente, a mi me decepcionó EL BOSQUE y en cambio me he vuelto a congraciar con Shyamalan con LA JOVEN DEL AGUA.
videocuetos infantiles presentan...............con eso creoque ya dijo lo que me parece la pelicula no es que me desagrade pero es ñoña comparadas con otras de este director
Esta película, para mi gusto, tiene dos grandes aciertos. La primera es sin duda la fusión cuento-realidad. No es tan fácil contar un cuento en el contexto de la realidad, colorista dentro de sus tonos de gris, que nos rodea; Burton lo ha conseguido, y Shymsl... ehmmm.... Saymlehhh..... coño... Shamalele Shamalá también lo ha logrado con esta película.
El otro gran acierto, a mi parecer, es el tema de enfocarla como una película de personajes. El cuento está ahí, pero necesita de absolutamente todos los personajes para avanzar. Ninguno es accesorio, aunque pueda parecerlo, y aunque la historia sea lineal no deja de tener mérito que cada punto por el que tiene que pasar para avanzar esté en absolutamente cada uno de los habitantes del bloque. Me gusta cómo se empieza intentando llevar la historia de la película en secreto, lejos de las miradas de los vecinos, y cómo al final acaban todos formando parte del cuento.
Pero claro, estamos hablando de la opinión de un tío que va por la vida con una fregona en la cabeza. Vosotros veréis.
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