Año: 2006.
Duración: 127 minutos.
País: Canadá, Francia y Japón.
Director: Christophe Gans.
Ojo, que nadie se equivoque, por mucho que el titulo rece "la mejor adaptación", lo cierto es que quiero que quede claro que ello tampoco es mucho decir. Cualquier aficionado a los videojuegos sabrá lo muy mal que suelen adaptar las grandes obras maestras al cine, o al menos sin aprovechar todo su potencial literario. Sangrantes son los ejemplos como la película de Super Mario Bros (aquella que poco tenía que ver con el alegre fontanero, sí), las dos de Tomb Raider (cuyas historias dejan mucho que desear), las dos de Resident Evil (no están tan mal, pero se inclinan más por la acción que por una propuesta más terrorífica, con más suspense, o si no recordad aquel Némesis tan descafeinado), Doom, Alone in the Dark (horrible, por dios...), Mortal Kombat, Street Fighter (¿pero qué cojones es eso?), etc, etc. Por suerte, el caso que nos ocupa es bien distinto.
Esto es porque el director Christopher Gans (El Pacto de los Lobos, Crying Freeman) es un fanático de la serie que le ha tocado adaptar y tiene un mayor mimo, por no decir que en la producción se encuentra Konami y el propio compositor (y productor a partir de la tercera entrega) de la saga: Akira Yamaoka, que ya es decir. Todo vaticinaba una adaptación como mínimo correcta.
Para empezar, habría que resaltar sobre todo el aspecto visual, el cual es portentoso, un trabajo colosal. Nada más empezar a andar la protagonista por las calles de Silent Hill uno no puede evitar lanzar un suspiro de alivio al ver lo bien representada que está, de hecho es todo un calco de la que debemos recorrer en el juego y en ella hay multitud de localizaciones y elementos reconocibles, tales como mapas calcados a los que tienes que hacer uso y lugares como la escuela, el hotel o el bloque de apartamentos. De hecho, la primera hora de la película es un deleite para todos aquellos que anhelen ver representado el ambiente del videojuego, logran captar hasta la sensación de malestar que se debe sentir, con esa pobre chica ataviada solo con una linterna (al principio con un mechero muy oportuno) y poco más, tratando de huir de las criaturas que moran por esa tierra de nadie.
Duración: 127 minutos.
País: Canadá, Francia y Japón.
Director: Christophe Gans.
Ojo, que nadie se equivoque, por mucho que el titulo rece "la mejor adaptación", lo cierto es que quiero que quede claro que ello tampoco es mucho decir. Cualquier aficionado a los videojuegos sabrá lo muy mal que suelen adaptar las grandes obras maestras al cine, o al menos sin aprovechar todo su potencial literario. Sangrantes son los ejemplos como la película de Super Mario Bros (aquella que poco tenía que ver con el alegre fontanero, sí), las dos de Tomb Raider (cuyas historias dejan mucho que desear), las dos de Resident Evil (no están tan mal, pero se inclinan más por la acción que por una propuesta más terrorífica, con más suspense, o si no recordad aquel Némesis tan descafeinado), Doom, Alone in the Dark (horrible, por dios...), Mortal Kombat, Street Fighter (¿pero qué cojones es eso?), etc, etc. Por suerte, el caso que nos ocupa es bien distinto.
Esto es porque el director Christopher Gans (El Pacto de los Lobos, Crying Freeman) es un fanático de la serie que le ha tocado adaptar y tiene un mayor mimo, por no decir que en la producción se encuentra Konami y el propio compositor (y productor a partir de la tercera entrega) de la saga: Akira Yamaoka, que ya es decir. Todo vaticinaba una adaptación como mínimo correcta.
Para empezar, habría que resaltar sobre todo el aspecto visual, el cual es portentoso, un trabajo colosal. Nada más empezar a andar la protagonista por las calles de Silent Hill uno no puede evitar lanzar un suspiro de alivio al ver lo bien representada que está, de hecho es todo un calco de la que debemos recorrer en el juego y en ella hay multitud de localizaciones y elementos reconocibles, tales como mapas calcados a los que tienes que hacer uso y lugares como la escuela, el hotel o el bloque de apartamentos. De hecho, la primera hora de la película es un deleite para todos aquellos que anhelen ver representado el ambiente del videojuego, logran captar hasta la sensación de malestar que se debe sentir, con esa pobre chica ataviada solo con una linterna (al principio con un mechero muy oportuno) y poco más, tratando de huir de las criaturas que moran por esa tierra de nadie.
Y esa es otra, habría que comentar que el aspecto de las criaturas está a la altura de la recreación del ambiente, pues seres como los “Lying Figure” (figuras yacentes en castellano, son aquellos que no tienen brazos, suelen estar por las calles y expulsan una especie de ácido), las “Bubble Head Nurses” (las enfermeras) y el celador son de los que quitan el hipo. Por no hablar del increíble Cabeza de Pirámide, cuya presencia es simplemente angustiosa.
Aparte, los momentos en los que la oscuridad se cierne sobre Silent Hill, la transmutación del lugar a una especie de infierno donde las localizaciones cambian por un tono más sangriento y terrorífico son geniales.
Lo dicho, es un acierto porque los fans del videojuego se quedarán satisfechos y los aficionados al cine de terror más fantástico quedarán sorprendidos ante tanta imaginería, tanto bicho bien hecho y un ambiente tan logrado (agradecimientos a la diseñadora Carol Spier, que lo borda). El problema se encuentra en la segunda hora, la segunda mitad de la película, que es la que cambia todo el planteamiento original del videojuego, el cual es Silent Hill (si no has jugado al juego y no quieres reventarte una parte importante de la historia no sigas leyendo) como una especie de purgatorio donde el que va lo hace para expulsar y sufrir por sus pecados.
No, la verdad es que aquí el director y los guionistas hacen su propia versión personal, no es que esté peor o mejor, pero lo cierto es que muchos fans podrían llevarse las manos a la cabeza.
A partir de aquí se avecinan spoilers, no sigáis leyendo si no habéis visto la película.
El caso es que en lugar de un purgatorio tenemos una especie de limbo creado por una entidad que se niega a dar su nombre en un momento determinado de la película (aunque también se hace llamar la muerte), el cual tiene varias interpretaciones, la más obvia sería que es el diablo, el cual quiere hacer justicia a una pobre niña que sufre por culpa del fanatismo religioso que destruye la tranquilidad del pueblo de Silent Hill.
No es un mal planteamiento, de hecho me sorprendió la ambigüedad del argumento, donde no se puede afirmar quién es el bueno y quién es el malo, pues se trata de una historia donde cada uno aplica la justicia como quiere, un detalle que me gusta bastante. Lo malo es que se aleja un poco (tampoco mucho, no os vayáis a creer, esto no es otro Alone in the Dark) del videojuego y sus miles de significados (sobre todo el de las criaturas, quedando el Cabeza Pirámide sin más explicación que la que se pueda uno imaginar) e interpretaciones. En la película tratan de hacerlo todo un poco más simple y sencillo.
Eso sí, no digo que la explicación de por qué ocurre todo esté mal (de hecho a mí me encanta, considero que el final es genial, con un toque gore inesperado), pero lo cierto es que deja un agujero argumental considerable, como es el hecho de que la protagonista tenga que dar tantas vueltas por el pueblo persiguiendo una niña que huye y escapando de miles de peligros innecesariamente.
Lo que quiero decir es que el diablo (la muerte o lo que sea esa entidad con forma de niña) lo hace todo demasiado complicado para la protagonista cuando el fin que busca es otro. En definitiva, la primera hora de la película, aunque un deleite para el fan de la saga, se hace un tanto extraña e incluso absurda argumentalmente hablando.
Y ya que estamos con los puntos negativos, otro sería (y siendo quisquilloso) el comportamiento de la protagonista en algunos momentos de la película, llegando a realizar proezas como saltar en liana o sobre algunas vigas mal colocadas. Pero son detalles que no sobresalen tanto y carecen de importancia.
En cuanto a los actores, el más interesante es, sin duda alguna, la propia niña Sharon, la cual está interpretada por Jodelle Ferland de una manera más que convincente, sorprendente actuación sobre todo en las diferencias cuando se trata de interpretar a la dulce hija de Rose y a la enigmática Alessa. Rose, interpretada por Radha Mitchell, tampoco lo hace mal, aunque básicamente hace de mujer despavorida que trata de sobrevivir en ese pueblo maldito, realmente me sorprendió ver que ni siquiera hace uso de un cuchillo (el cual se cae en una de las escenas más inoportunas que recuerdo). Para defenderse no habría estado mal que apaleara a uno de los bichejos, por dios. De repartir ostias como panes se encarga, sin embargo, la buena de Cybil (Laurie Holden), una policía que se verá metida en todo el embrollo sin desearlo. También tenemos al marido que posiblemente sea el protagonista de la segunda parte: Christopher DaSilva, interpretado por Sean Bean, el cual hace realmente poco, más allá de realizar una investigación del pueblo que no lleva a ninguna parte pero se revela lógica para la trama y un buen apunte para una posible continuación (si es que pretenden seguir el argumento de la saga, claro).
Hay otros secundarios, pero en ellos no profundizaré.
En definitiva, estamos ante una película muy lograda visualmente que tiene muchos elementos interesantes en el argumento y grandes escenas (la del flashback donde se revela todo es genial). Lo malo es que el argumento no está pulido del todo y tiene un fallo considerable, aunque eso no impide disfrutar de una adaptación más que correcta de esta fabulosa saga de terror.
Aparte, los momentos en los que la oscuridad se cierne sobre Silent Hill, la transmutación del lugar a una especie de infierno donde las localizaciones cambian por un tono más sangriento y terrorífico son geniales.
Lo dicho, es un acierto porque los fans del videojuego se quedarán satisfechos y los aficionados al cine de terror más fantástico quedarán sorprendidos ante tanta imaginería, tanto bicho bien hecho y un ambiente tan logrado (agradecimientos a la diseñadora Carol Spier, que lo borda). El problema se encuentra en la segunda hora, la segunda mitad de la película, que es la que cambia todo el planteamiento original del videojuego, el cual es Silent Hill (si no has jugado al juego y no quieres reventarte una parte importante de la historia no sigas leyendo) como una especie de purgatorio donde el que va lo hace para expulsar y sufrir por sus pecados.
No, la verdad es que aquí el director y los guionistas hacen su propia versión personal, no es que esté peor o mejor, pero lo cierto es que muchos fans podrían llevarse las manos a la cabeza.
A partir de aquí se avecinan spoilers, no sigáis leyendo si no habéis visto la película.
El caso es que en lugar de un purgatorio tenemos una especie de limbo creado por una entidad que se niega a dar su nombre en un momento determinado de la película (aunque también se hace llamar la muerte), el cual tiene varias interpretaciones, la más obvia sería que es el diablo, el cual quiere hacer justicia a una pobre niña que sufre por culpa del fanatismo religioso que destruye la tranquilidad del pueblo de Silent Hill.
No es un mal planteamiento, de hecho me sorprendió la ambigüedad del argumento, donde no se puede afirmar quién es el bueno y quién es el malo, pues se trata de una historia donde cada uno aplica la justicia como quiere, un detalle que me gusta bastante. Lo malo es que se aleja un poco (tampoco mucho, no os vayáis a creer, esto no es otro Alone in the Dark) del videojuego y sus miles de significados (sobre todo el de las criaturas, quedando el Cabeza Pirámide sin más explicación que la que se pueda uno imaginar) e interpretaciones. En la película tratan de hacerlo todo un poco más simple y sencillo.
Eso sí, no digo que la explicación de por qué ocurre todo esté mal (de hecho a mí me encanta, considero que el final es genial, con un toque gore inesperado), pero lo cierto es que deja un agujero argumental considerable, como es el hecho de que la protagonista tenga que dar tantas vueltas por el pueblo persiguiendo una niña que huye y escapando de miles de peligros innecesariamente.
Lo que quiero decir es que el diablo (la muerte o lo que sea esa entidad con forma de niña) lo hace todo demasiado complicado para la protagonista cuando el fin que busca es otro. En definitiva, la primera hora de la película, aunque un deleite para el fan de la saga, se hace un tanto extraña e incluso absurda argumentalmente hablando.
Y ya que estamos con los puntos negativos, otro sería (y siendo quisquilloso) el comportamiento de la protagonista en algunos momentos de la película, llegando a realizar proezas como saltar en liana o sobre algunas vigas mal colocadas. Pero son detalles que no sobresalen tanto y carecen de importancia.
En cuanto a los actores, el más interesante es, sin duda alguna, la propia niña Sharon, la cual está interpretada por Jodelle Ferland de una manera más que convincente, sorprendente actuación sobre todo en las diferencias cuando se trata de interpretar a la dulce hija de Rose y a la enigmática Alessa. Rose, interpretada por Radha Mitchell, tampoco lo hace mal, aunque básicamente hace de mujer despavorida que trata de sobrevivir en ese pueblo maldito, realmente me sorprendió ver que ni siquiera hace uso de un cuchillo (el cual se cae en una de las escenas más inoportunas que recuerdo). Para defenderse no habría estado mal que apaleara a uno de los bichejos, por dios. De repartir ostias como panes se encarga, sin embargo, la buena de Cybil (Laurie Holden), una policía que se verá metida en todo el embrollo sin desearlo. También tenemos al marido que posiblemente sea el protagonista de la segunda parte: Christopher DaSilva, interpretado por Sean Bean, el cual hace realmente poco, más allá de realizar una investigación del pueblo que no lleva a ninguna parte pero se revela lógica para la trama y un buen apunte para una posible continuación (si es que pretenden seguir el argumento de la saga, claro).
Hay otros secundarios, pero en ellos no profundizaré.
En definitiva, estamos ante una película muy lograda visualmente que tiene muchos elementos interesantes en el argumento y grandes escenas (la del flashback donde se revela todo es genial). Lo malo es que el argumento no está pulido del todo y tiene un fallo considerable, aunque eso no impide disfrutar de una adaptación más que correcta de esta fabulosa saga de terror.
3 comentarios:
Pues sí. Fue una adaptación excelente que sufrió críticas bastante duras e injustas.
Pues a mí me pareció penosa tras la primera hora, tras la que, como tú bien dices (aunque no de manera tan negativa como yo :P), se cambia por completo la línea argumental. El resultado global me pareció pobre, exceptuando dicha primera hora, y es que no concibo una película de terror que no me cause, cuanto menos, un cierto desasosiego. Lo siento. :P
muy fiel los primeros minutos de peli pero despues lo gorefantasioso umm..... creo que sobra por lo demas me entretube sin mas y la verdad me esperaba menos
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