miércoles, noviembre 09, 2005

X-treme X-men, esa parcela de Claremont, tercera parte.

Con cierto retraso, llega por fin el artículo final que comenta la etapa de Claremont dentro de la colección X-treme X-men. Y ahora ya solo quedan (como si unos 22 números fueran poquita cosa) los números dibujados por Igor Kordey, un dibujante más que desafortunado. Trataré de ser lo más breve posible, aunque no prometo nada.

Lo primero que podemos encontrar es la saga de Dios ama, el hombre mata II, la segunda parte de la novela gráfica del mismo nombre. Su única aportación fue intentar de ofrecer interés de algún modo con la presencia de Stryker y Yuriko, debido a sus apariciones en la secuela de X-men y la oportunidad de reeditar la excelente, y ya citada, novela gráfica, con tapa dura de la mano de Planeta. Ésta sí que es recomendable, no este extraño chicle extensible que recupera a Kitty Pryde para no hacer nada con ella salvo meterla en una trama religiosa que solo lleva al aburrimiento por lo alargada que resulta y el papel poco creíble de Stryker en todo esto. Demasiadas peleas sin venir a cuento y poco interés, ese es el grave problema. Aunque se note una mejora considerable en la narrativa, en parte porque Kordey (que realiza un buen trabajo, correcto y agradable) es muchísimo mejor narrador que Larroca, y Claremont es más comedido con su palabrería inusitada. Olvidable de todos modos.

A continuación llega la que considero la mejor saga de esta colección con diferencia, aunque tampoco sea ninguna maravilla. Señoras y señores, Intifada.
Aquí es donde podemos ver que Claremont presta atención a lo que Morrison ha ido realizando en la colección vecina y aprovecha el nuevo status de los mutantes dentro del mundo. Aparte, la trama es interesante y en ella podemos ver el nacimiento del concepto SXE (Sanciones X-tremas Ejecutivas), aunque lo cierto es que no está del todo claro cómo consigue Ororo el permiso de liderar dicho departamente de policías mutantes.
Lo mejor es todo aquello que tiene que ver con Valle Soleada, el juicio por los actos de unos adolescentes mutantes que no tienen respeto alguno por los humanos, el tráfico de la droga Coz, el nuevo status quo de Pícara, el traidor de X-Corp y la misteriosa presencia de Bogan, que llega a intimidar.
El problema es que sigue con los tópicos made in Claremont y hay cosas que cuestan de creer, como el que Pícara, siendo humana, pueda enfrentarse a tantos mutantes y esa manía de pelear antes de preguntar. Así como los sicarios de Bogan, que aparecen de la nada y son viejos conocidos de la fallida Revolution, más planos que un papel de fumar. Aparte de un desarrollo fallido, podría haber sido más ágil e interesante pero no se aprovecha lo suficiente.
Por lo demás, puede ser la saga más acertada de la colección.

Ahora vendría Tormenta: Arena, que fue publicada en tomo a pesar de estar metida dentro de la colección. Pero esto no es descabellado, pues en un principio iba a ser una novela gráfica y después una miniserie. Básicamente va de Ororo metida en una competición de modernos gladiadores en Japón, con una Yukio TAN típica que se hace de aborrecer. En especial por el desprecio que hace el autor respecto a su supuesta invalidez, que es resuelta de un plumazo como si hubiera sido una herida cualquiera. Una pena, este personaje habría resultado mil veces más interesante de este modo, de lo poco bueno que hizo Tieri en la cole de Lobezno y es desaprovechado para volver a lo mismo, sigh...
Hablando de la historia en sí, carece de todo tipo de interés. Es lenta, machacona y sin nada medianamente interesante, de verdad. Hay sorpresas que no sorprenden y si no estás muy ducho en la historia de los X-men, te pierdes ante tanto personaje. Una pelea detrás de otra, el típico "no te rindas, eres fuerte" y, de verdad, muy poca chicha para tanta página. Nada recomendable.

Después, la última saga de la colección: "Prisionero del Fuego".
Uno espera con cierta expectación la batalla final contra Bogan, puesto que su presencia en Cisma e Intifada prometía algo decente, un broche de oro para la colección y un buen cierre. Pero... ay, lo cierto es que Claremont sigue repitiéndose y en lugar de ofrecernos algo reseñable se concentra en ponernos una pelea tras otra sin el más mínimo interés y sin profundizar en el villano, que pasa a ser un Rey Sombra de segunda. Bishop contra sus esbirros, Bishop manipulado contra una pequeña parte de los X-men, esa pequeña parte de los X-men y Bishop manipulados contra lo que quedaba del grupo, todo el maldito grupo contra los tres o cuatro que faltan... Mucha manipulación, mucho Bogan metiendo los dedos en las cabezas y muchos diálogos dicharacheros, demasiada redundancia. Ya le vale al guionista.
Aún así, destaca el papel de los Nuevos Mutantes, con Bala de Cañón como líder improvisado, la recuperación de cierto personaje poseído por Bogan y algún que otro retazo del pasado de Sabia. Poca cosa, si se hace recuento.
Es que ni siquiera se cierra todo al final, ni sabes exactamente qué coño es el dichoso villano (¿un huevo, un fantasma, un alma en pena, Snoopy?) y por qué hace lo que hace. No está nada claro, demasiado en el aire.

Finalmente, el último número de la serie. Una especie de prólogo a lo que Claremont hará en Uncanny tras el Reload y un momento de tranquilidad para poner las cosas de pie después de los destrozos que pudimos ver en la saga de Planeta-X, en la colección New X-men de Morrison. Vuelta a la mansión, inicio en activo de los SXE, Pícara y Gambito vuelven a tener poderes (por imposición editorial, fijo), Rachel poniéndose cómoda, un poquito de diálogos, etc.
No está mal y resulta agradable ver a los personajes bien tratados, con Warren comentando con Ororo la muerte de Betsy y el horror que tuvo que pasar Magma tras crucificarla en el patio de la mansión meses atrás.
Una bonita despedida, la verdad.

Sobre Kordey... ¿Qué decir que no se haya dicho ya? Mucho más dinámico y expresivo que Larroca, pero su estilo puede resultar inadecuado para los mutantes, y mucho más si los tenemos en toque aventurero. Aparte, aunque empieza muy bien con las tintas de Scott Hanna (mi amigo Ivánn diría que él se encarga de arreglar sus muñones, jejeje), al final acaba notándosele cierta vagancia y falta de ganas. Así como un atractivo visual nulo, en especial en los diseños, que son horteras y poco vistosos, algo muy negativo para la serie. Al final, uno acaba echando de menos los lápices coloreados de Larroca, y mira que no me gustaba el invento. Pero viendo estos resultados...

Eso es todo, de esta colección solo salvaría Cisma, Intifada y X-Pose en menor medida, junto a algunos detalles. El problema es que Claremont, a pesar de contar con buenas ideas, no sabe desarrollarlas y resulta muy aburrido al final. Esperemos que en Uncanny esto no pase, pues ha tenido un buen inicio y no sigue tan mal. Crucemos los dedos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Claremont cada vez me gusta menos, lo tenia en un pedestal, pero esta serie la he seguido casi por inercia por que me parece malisima, todos sus personajes son iguales en plan "somos la Patrulla X lo superaremos, somos una familia, somos los mejores..." ya me rallan,por no hablar de Tormenta personaje que me encantaba y que ahora odio, me parce prepotente y estupida en manos de Claremont, en cuanto a su nueva etápa en Uncanny..., viendo lo que hizo Moore con La Furia y viendo la tonteria mayuscula que ha hecho Claremont, me estoy plantendo muy seriamente dejar la coleccion (si no fuera por Davis ya lo habria hecho)

han mas solo que la una dijo...

una pregunta...cuantos cabos sueltos ha dejado claremont en xtreme-xmen?es que claremont tiene esa jodia costumbre...