Año: 2006.
Duración: 145 minutos.
País: Estados Unidos.
Director: Bob Marshall.
En verdad iba a reseñar El Silencio de los Corderos, hasta tenía planeado hablar de Los dos lados de la cama. Pero al final, ayer mismo fui al cine, mis colegas tenían planeado ver Alone in the Dark y yo me decidí por la película que nos ocupa, más que nada porque tenía curiosidad, aparte de que la otra no me apetecía mucho. Antes de empezar, cabría añadir que no me he leído el libro en el que se basan y tampoco puedo decir nada sobre mala documentación ni nada por el estilo, porque es mi primer contacto con las llamadas Geishas y tampoco es que sepa mucho de las costumbres antiguas de oriente, por mucho anime y manga que vea y lea. Así pues, pienso concentrarme en la película en sí.
Por cierto, así de primeras, ¿no quita la respiración el cartel de la película? Es precioso.
Pues bien, esta película va sobre cómo una niña es arrancada de su ámbito familiar al ser vendida por sus padres a una casa de Geishas, donde será educada y entrenada para ser una de ellas. Sayuri (interpretada por una pletórica Zhang Ziyi), así se llama la protagonista, fue una niña muy rebelde que trató de escapar en más de una ocasión, ya que su hermana lo consiguió y no aceptaba el destino que le habían predispuesto. Sin embargo, la presencia de un hombre, al que conoce solo como El Presidente, que se portó bien con ella durante un momento de su infancia, la motivará para seguir su camino, tan solo para llegar a su lado y estar junto a él. Es entonces cuando seguirá un entrenamiento estricto donde se las tendrá que ver con los celos, la envidia, el sufrimiento, el desprecio de la gente de su alrededor. Al fin y al cabo, ser una Giesha conlleva todas esos problemas y mucho sufrimiento.
La verdad, yo pensaba que iba a ver un drama, de esos donde la protagonista sufre en todo momento para alcanzar su objetivo, no precisamente teniendo un final feliz. Pero me he encontrado con una historia de amor muy exótica, donde el mayor interés se encuentra en la cultura oriental, que nos la presentan de un modo bastante atractivo. Resulta bastante interesante ver unas costumbres tan diferentes a las nuestras, aunque no cambie mucho la posición social de la mujer, que, como en occidente por la misma época, es bastante complicada y básicamente consiste en lo que significan realmente las Geishas: Entretener al hombre. Un tema bastante triste la verdad.
Diablos, todo el mundo (al menos con aquellos con los que he hablado y yo mismo antes de ver la película) tiene una idea de las Geishas bastante equivocada. Porque siempre se han considerado como una especie de prostitutas de lujo, de las que pagas un precio para, simplemente, acostarse con ellas.
Pues no, en absoluto es eso, al menos según lo que podemos ver aquí, más bien podríamos decir que son una especie de artistas, unas bailarinas que tan solo con sus vestimentas ya podrían llamarse aunténticas obras de arte en sí mismas. Todo tiene suma importancia, desde los andares hasta la misma mirada, que debería parar a un hombre en seco. Tienen cierta aura de misterio que resulta interesante y la película va mostrando retazos de un momento a otro hasta que podemos hacernos con una pequeña idea. Además, ellas mismas pueden pertenecer a un solo hombre como si una especie de matrimonio se tratara, pero de un modo más... profesional. Curioso.
En cuanto a la historia de la protagonista, que es la que nos conduce por ese mundo desconocido de las Geishas, yo la esperaba más dura, esperaba involucrarme de lleno en sus sentimientos, en su sufrimiento y sus pesares. Es lo que normalmente se ve en los dramas, que deben seducir en ese sentido, deben hacerte llorar (no necesariamente, es una manera de decirlo) y causar cierta empatía. Pero, sin embargo, no es así, más bien es una historia de amor donde un personaje debe pasar por ciertas situaciones para poder alcanzar sus intereses. Lo que pasa es que el tema oriental es muy interesante a modo de documental y lo que más seduce son los ambientes, la vestimenta, el maquillaje, los comportamientos... En definitiva, lo mejor de la película es, sin duda alguna, la fotografía, los aspectos técnicos como el decorado o el maquillaje y la música (de John Williams, que está irreconocible), que logran convertirla en una superproducción hermosísima, pero bastante superficial en cuanto a la dirección.
Y es que parece que, al final, todo resulta mucho más fácil de lo que parece, Soraya tiene que pasar por ciertos sufrimientos y pruebas de fuerza, de carácter, de dolor, pasar por la envidia de sus competidoras y sus amenazas, que no son pocas. No es que sea un camino de flores, en absoluto, pero he notado que ha faltado cierta fuerza y épica, dos conceptos muy importantes para sobrellevar una historia como esta. De hecho, en algún momento de la película, es como si careciera de un rumbo fijo, dejando al espectador bastante incómodo, viendo una sucesión de escenas preciosas (diablos, dan ganas de irse de viaje a Japón, está todo tan bien presentado que da gusto) de la vida de la protagonista que casi tienen más interés por la temática oriental en sí, que por lo que te están contando realmente.
De todas formas, la película cobra mucha fuerza cuando se da de bruces con la Historia, cuando los japoneses se ven invadidos por los americanos, fruto de la 2ª Guerra Mundial, es cuando vuelves a estar realmente interesado por lo que pasa, ya que resulta inaudito lo mucho que cambian las cosas por aquellos lares: costumbres que se pierden, occidentalización de ciertos conceptos que antes no tenían nada que ver con lo que son ahora, entre otras muchas cosas. Y, lo más importante, la razón por las que las Geishas suelen ser confundidas por prostitutas, esa razón no es otra que el declive que sufren tras la guerra, pierden tal fuerza económica y social que resultan escasas y es entonces cuando algunas aprovechan la incultura de los americanos para disfrazarse y hacerse pasar por ellas.
En fin, es una película bastante buena, se deja ver, es interesante y perfecta en cuanto a belleza artística, impecable. Si hasta tiene un reparto muy, pero que muy bueno, la belleza de la actriz protagonista es cautivadora. Falla mucho en una dirección un tanto artificial que le resta puntos y evita convertirla en la obra maestra que debería ser, lo cual es una pena. Recomendable, sobre todo si quieres saber cosas sobre la cultura oriental.
Duración: 145 minutos.
País: Estados Unidos.
Director: Bob Marshall.
En verdad iba a reseñar El Silencio de los Corderos, hasta tenía planeado hablar de Los dos lados de la cama. Pero al final, ayer mismo fui al cine, mis colegas tenían planeado ver Alone in the Dark y yo me decidí por la película que nos ocupa, más que nada porque tenía curiosidad, aparte de que la otra no me apetecía mucho. Antes de empezar, cabría añadir que no me he leído el libro en el que se basan y tampoco puedo decir nada sobre mala documentación ni nada por el estilo, porque es mi primer contacto con las llamadas Geishas y tampoco es que sepa mucho de las costumbres antiguas de oriente, por mucho anime y manga que vea y lea. Así pues, pienso concentrarme en la película en sí.
Por cierto, así de primeras, ¿no quita la respiración el cartel de la película? Es precioso.
Pues bien, esta película va sobre cómo una niña es arrancada de su ámbito familiar al ser vendida por sus padres a una casa de Geishas, donde será educada y entrenada para ser una de ellas. Sayuri (interpretada por una pletórica Zhang Ziyi), así se llama la protagonista, fue una niña muy rebelde que trató de escapar en más de una ocasión, ya que su hermana lo consiguió y no aceptaba el destino que le habían predispuesto. Sin embargo, la presencia de un hombre, al que conoce solo como El Presidente, que se portó bien con ella durante un momento de su infancia, la motivará para seguir su camino, tan solo para llegar a su lado y estar junto a él. Es entonces cuando seguirá un entrenamiento estricto donde se las tendrá que ver con los celos, la envidia, el sufrimiento, el desprecio de la gente de su alrededor. Al fin y al cabo, ser una Giesha conlleva todas esos problemas y mucho sufrimiento.
La verdad, yo pensaba que iba a ver un drama, de esos donde la protagonista sufre en todo momento para alcanzar su objetivo, no precisamente teniendo un final feliz. Pero me he encontrado con una historia de amor muy exótica, donde el mayor interés se encuentra en la cultura oriental, que nos la presentan de un modo bastante atractivo. Resulta bastante interesante ver unas costumbres tan diferentes a las nuestras, aunque no cambie mucho la posición social de la mujer, que, como en occidente por la misma época, es bastante complicada y básicamente consiste en lo que significan realmente las Geishas: Entretener al hombre. Un tema bastante triste la verdad.
Diablos, todo el mundo (al menos con aquellos con los que he hablado y yo mismo antes de ver la película) tiene una idea de las Geishas bastante equivocada. Porque siempre se han considerado como una especie de prostitutas de lujo, de las que pagas un precio para, simplemente, acostarse con ellas.
Pues no, en absoluto es eso, al menos según lo que podemos ver aquí, más bien podríamos decir que son una especie de artistas, unas bailarinas que tan solo con sus vestimentas ya podrían llamarse aunténticas obras de arte en sí mismas. Todo tiene suma importancia, desde los andares hasta la misma mirada, que debería parar a un hombre en seco. Tienen cierta aura de misterio que resulta interesante y la película va mostrando retazos de un momento a otro hasta que podemos hacernos con una pequeña idea. Además, ellas mismas pueden pertenecer a un solo hombre como si una especie de matrimonio se tratara, pero de un modo más... profesional. Curioso.
En cuanto a la historia de la protagonista, que es la que nos conduce por ese mundo desconocido de las Geishas, yo la esperaba más dura, esperaba involucrarme de lleno en sus sentimientos, en su sufrimiento y sus pesares. Es lo que normalmente se ve en los dramas, que deben seducir en ese sentido, deben hacerte llorar (no necesariamente, es una manera de decirlo) y causar cierta empatía. Pero, sin embargo, no es así, más bien es una historia de amor donde un personaje debe pasar por ciertas situaciones para poder alcanzar sus intereses. Lo que pasa es que el tema oriental es muy interesante a modo de documental y lo que más seduce son los ambientes, la vestimenta, el maquillaje, los comportamientos... En definitiva, lo mejor de la película es, sin duda alguna, la fotografía, los aspectos técnicos como el decorado o el maquillaje y la música (de John Williams, que está irreconocible), que logran convertirla en una superproducción hermosísima, pero bastante superficial en cuanto a la dirección.
Y es que parece que, al final, todo resulta mucho más fácil de lo que parece, Soraya tiene que pasar por ciertos sufrimientos y pruebas de fuerza, de carácter, de dolor, pasar por la envidia de sus competidoras y sus amenazas, que no son pocas. No es que sea un camino de flores, en absoluto, pero he notado que ha faltado cierta fuerza y épica, dos conceptos muy importantes para sobrellevar una historia como esta. De hecho, en algún momento de la película, es como si careciera de un rumbo fijo, dejando al espectador bastante incómodo, viendo una sucesión de escenas preciosas (diablos, dan ganas de irse de viaje a Japón, está todo tan bien presentado que da gusto) de la vida de la protagonista que casi tienen más interés por la temática oriental en sí, que por lo que te están contando realmente.
De todas formas, la película cobra mucha fuerza cuando se da de bruces con la Historia, cuando los japoneses se ven invadidos por los americanos, fruto de la 2ª Guerra Mundial, es cuando vuelves a estar realmente interesado por lo que pasa, ya que resulta inaudito lo mucho que cambian las cosas por aquellos lares: costumbres que se pierden, occidentalización de ciertos conceptos que antes no tenían nada que ver con lo que son ahora, entre otras muchas cosas. Y, lo más importante, la razón por las que las Geishas suelen ser confundidas por prostitutas, esa razón no es otra que el declive que sufren tras la guerra, pierden tal fuerza económica y social que resultan escasas y es entonces cuando algunas aprovechan la incultura de los americanos para disfrazarse y hacerse pasar por ellas.
En fin, es una película bastante buena, se deja ver, es interesante y perfecta en cuanto a belleza artística, impecable. Si hasta tiene un reparto muy, pero que muy bueno, la belleza de la actriz protagonista es cautivadora. Falla mucho en una dirección un tanto artificial que le resta puntos y evita convertirla en la obra maestra que debería ser, lo cual es una pena. Recomendable, sobre todo si quieres saber cosas sobre la cultura oriental.
6 comentarios:
Buenas!! Soy ZAYNA!! pa ti Cris, compañera de la uni!! jeje, bueno tengo ke dejarte un comentario..ke creo ke ya va siendo hora, as comentado muxisimas pelis ke me encantan y nunca h dejado ningun comentario..Creo ke es pk me paso cada mañana hblando como una ahora de cine contigo cuando vamos de camino a la uni.Solo decir ke no h visto la pelicula pero ke gracias a tu comentario tengo muxas mas gnas de ir!! sbes ke ya keria, pk soy una fan de la cultura japonesa, pero ahora tengo muxas mas ganas, me h encantado como as hblado de la peli, tu punto de vista. Bueno nos vemos mañana en la uni, adeu!!
A ver si por lo menos con esta película se logran destruir algunos estereotipos, y la gente se da cuenta de que la verdad siempre es diferente de lo que se nos muestra con los tópicos.
Muy buen post sobre la película, que tengo muchas ganas de ver por su ambientación y la cultura japonesa, que me fascina y me impresiona cada día más.
¡Ah! Antes de que se me olvide... Enhorabuena por haber descubierto a Zhang Ziyi, la preciosa actriz china. A mí me pasó lo mismo que a ti cuando la ví por primera vez, y estoy enamorado de ella desde entonces. XD
Ya la descubrí en la Casa de las Dagas Voladoras, pero no me cautivó tanto como aquí, que está deslumbrante. De todas maneras, en aquella película tampoco desmerece nada.
Eso sí, me pareció tan aburrida la Casa de las Dagas... Ufff...
No estoy hecho para ese tipo de pelis tan poéticas visualmente.
Un saludo.
Como viene siendo habitual, estoy bastante de acuerdo contigo, Ovidio. La película es visualmnete bella y muy lírica, pero no es suficiente. Le falta corazón en grandes cantidades. No emociona y su apartado visual no la salva, teniendo como tenemos obras maestras anteriores cuya escenografía y apartado visual dejan en evidencia a Memorias de una Geisha, como El Último Emperador o cualquier película de Kurosawa, por citar dos ejemplos.
http://amimagustao.superforos.com
PAMMHG!
dios, yo tengo muchísimas ganas de verla!!!!!! no sabía que ya la estrenaran..........espero que no me defraude......no leí el libro, asi que espero que me guste
la verdad es que la peli mola cantidad,y ademas,parece mentira que california de el pego y nos haga parecer que estan en niponland.gracias a esta peli comprendo mejor el porno japones...
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