Y, como iba diciendo, entonces llegó Shathra, otro villano totémico tras Morlun, y resulta ser aun peor que éste. Aquí Strac critica la televisión basura, el cotilleo y el sensacionalismo, porque la villana puede adoptar forma humana y lo sabe todo sobre Peter Parker y Spiderman, llegando a decir que tuvo cierta relación con él. Esto desequilibra al protagonista y no sirve para nada, aun teniendo toda su rabia a flor de piel es vencido con una facilidad vergonzosa. De no ser por la intervención de Ezequiel, probablemente no habría sobrevivido. Es una batalla todavía más grande que la de Morlun y tiene un desenlace misterioso que tendrá su explicación más adelante. Aparte, esta saga significa el segundo reencuentro entre Peter y MJ, el definitivo. Eso se vería en los siguientes números, un par de números intimistas donde se celebraría, de paso, un especial número 50 (por la renumeración que se dio lugar en los USA y tal) que no lo sería por el número de páginas, sino por los acontecimientos.
Con la vuelta de MJ llega el Enterrador, una especie de Hulk mafioso que poco tiene que ver con Mr. Fixit, ya que es una mezcla de delicuentes de los años 40 que fueron masacrados en una encerrona que no vieron venir. Lógicamente, todos juntos, dentro de un mismo cuerpo, gritan venganza y Peter debe pararlo. Para colmo, el trepamuros se ve contratado como guardaespaldas por el mafioso implicado, al culpable de la encerrona, lo que le lleva a cierto conflicto de intereses y de moral. Es una saga que, quizás, habría estado mejor contada, en menos números, por lo que es más floja que las anteriores, pero no por ello deja de ser entretenida y los personajes muy bien tratados y caracterizados, como venía siendo costumbre.
Por desgracia, después vendrían dos números bastante intranscendentes, donde se volvería a tratar el tema de la delicuencia juvenil pero sin la gracia de antes, no obstante, los números vendrían escritos por una ayudante de Strac, Fiona Avery, y la diferencia es palpable.
Por suerte, la cosa remonta bastante en la saga que conduce al número 500 de Amazing Spiderman (excusa que serviría para recuperar la numeración original en los USA, vaya unas artimañas comerciales más raras se montan en la editorial). Una saga magnífica donde podremos ver una batalla campal en medio de Nueva York, donde varios personajes del Universo Marvel tratan de aplacar cierta invasión donde el causante sería Dormammu, el villano principal del Dr. Extraño. Como si Strac no hubiese dado ya bastantes muestras de lo mucho que le gusta el personaje. Aún así, el guionista se las apaña para que no quede forzado y lo emplea como excusa para ofrecer un repaso bastante interesante del pasado del protagonista, solo que con la mentalidad que tiene actualmente, donde podremos ver lo mucho que ha cambiado y madurado desde esos momentos. Y no solo eso, sino que también tenemos el fugaz regreso de cierto secundario importante para él y una visión del futuro poco agraciada. ¿Será capaz Strac de retomarla?
En los números siguientes veríamos una historia concentrada en tia May donde se retoma el tema de lo que supone para ella saber el secreto de su sobrino y otra de un sastre que es de las mejores del guionista, por lo divertida y ocurrente que es. Pero para no perder fuelle, nos mete de lleno en una pequeñísima saga de tres números que tiene lugar por las conscuencias del número 500 (esa es una de las mejores cosas de Strac, que no olvida acontecimientos pasados y los utiliza para atar la etapa), y estas son el despertar de una diosa que toma el cuerpo de, nada más y nada menos, la hija del mismísimo Loki. Por lo que tenemos a Spiderman metido en medio, como un mosquito entre dos elefantes, sin saber muy bien que hacer pero, sin embargo, ayudando en el asunto. En el final podemos ver como el dios de las mentiras le ofrece un obsequio por su colaboración. Conociendo al guionista no sería descabellado pensar que lo retome próximamente.
Y llegamos al final, la macrosaga del tótem arácnido se cierra con la llegada del tercero, como ya anunció Ezequiel. A primera vista parecerá que el guionista se ha sacado de la manga la idea de quien resulta ser el tercero, pero si se relee la etapa (como yo hice en una semana, estando resfriado) podrá verse como, sutilmente, todo toma forma y conduce con lógica a dicha revelación. Un verdadero trabajo el de Strac, sin duda. La desgracia es que la saga final, lejos de estar mal (que no es así), carece de la épica de Morlun o Shathra, por no hablar de lo precipitado que resulta todo. Una verdadera pena, porque merecía mayor implicación y ambición por parte del guionista, de haber estado más trabajada habría resultado toda una obra maestra. De todas maneras, a mí me afectaron bastante las palabras del villano antes de realizar un acto honesto, muestran el conocimiento de Strac con el personaje principal.
Pues eso, una etapa nada despreciable, la mejor de Spiderman en muchos años (en mi opinión), que merece cierto reconocimiento aun existiendo esa bazofia que es Pecados del Pasado. Por mucho que nos duela dicha saga, Strac es un guionista que está haciendo grandes cosas con Spiderman y el futuro le dará la razón. Los nuevos conceptos que ha insertado en la mitología del trepamuros merecen ser aprovechados, y ya veremos si remonta de nuevo, que lo necesita.
Con la vuelta de MJ llega el Enterrador, una especie de Hulk mafioso que poco tiene que ver con Mr. Fixit, ya que es una mezcla de delicuentes de los años 40 que fueron masacrados en una encerrona que no vieron venir. Lógicamente, todos juntos, dentro de un mismo cuerpo, gritan venganza y Peter debe pararlo. Para colmo, el trepamuros se ve contratado como guardaespaldas por el mafioso implicado, al culpable de la encerrona, lo que le lleva a cierto conflicto de intereses y de moral. Es una saga que, quizás, habría estado mejor contada, en menos números, por lo que es más floja que las anteriores, pero no por ello deja de ser entretenida y los personajes muy bien tratados y caracterizados, como venía siendo costumbre.
Por desgracia, después vendrían dos números bastante intranscendentes, donde se volvería a tratar el tema de la delicuencia juvenil pero sin la gracia de antes, no obstante, los números vendrían escritos por una ayudante de Strac, Fiona Avery, y la diferencia es palpable.
Por suerte, la cosa remonta bastante en la saga que conduce al número 500 de Amazing Spiderman (excusa que serviría para recuperar la numeración original en los USA, vaya unas artimañas comerciales más raras se montan en la editorial). Una saga magnífica donde podremos ver una batalla campal en medio de Nueva York, donde varios personajes del Universo Marvel tratan de aplacar cierta invasión donde el causante sería Dormammu, el villano principal del Dr. Extraño. Como si Strac no hubiese dado ya bastantes muestras de lo mucho que le gusta el personaje. Aún así, el guionista se las apaña para que no quede forzado y lo emplea como excusa para ofrecer un repaso bastante interesante del pasado del protagonista, solo que con la mentalidad que tiene actualmente, donde podremos ver lo mucho que ha cambiado y madurado desde esos momentos. Y no solo eso, sino que también tenemos el fugaz regreso de cierto secundario importante para él y una visión del futuro poco agraciada. ¿Será capaz Strac de retomarla?
En los números siguientes veríamos una historia concentrada en tia May donde se retoma el tema de lo que supone para ella saber el secreto de su sobrino y otra de un sastre que es de las mejores del guionista, por lo divertida y ocurrente que es. Pero para no perder fuelle, nos mete de lleno en una pequeñísima saga de tres números que tiene lugar por las conscuencias del número 500 (esa es una de las mejores cosas de Strac, que no olvida acontecimientos pasados y los utiliza para atar la etapa), y estas son el despertar de una diosa que toma el cuerpo de, nada más y nada menos, la hija del mismísimo Loki. Por lo que tenemos a Spiderman metido en medio, como un mosquito entre dos elefantes, sin saber muy bien que hacer pero, sin embargo, ayudando en el asunto. En el final podemos ver como el dios de las mentiras le ofrece un obsequio por su colaboración. Conociendo al guionista no sería descabellado pensar que lo retome próximamente.
Y llegamos al final, la macrosaga del tótem arácnido se cierra con la llegada del tercero, como ya anunció Ezequiel. A primera vista parecerá que el guionista se ha sacado de la manga la idea de quien resulta ser el tercero, pero si se relee la etapa (como yo hice en una semana, estando resfriado) podrá verse como, sutilmente, todo toma forma y conduce con lógica a dicha revelación. Un verdadero trabajo el de Strac, sin duda. La desgracia es que la saga final, lejos de estar mal (que no es así), carece de la épica de Morlun o Shathra, por no hablar de lo precipitado que resulta todo. Una verdadera pena, porque merecía mayor implicación y ambición por parte del guionista, de haber estado más trabajada habría resultado toda una obra maestra. De todas maneras, a mí me afectaron bastante las palabras del villano antes de realizar un acto honesto, muestran el conocimiento de Strac con el personaje principal.
Pues eso, una etapa nada despreciable, la mejor de Spiderman en muchos años (en mi opinión), que merece cierto reconocimiento aun existiendo esa bazofia que es Pecados del Pasado. Por mucho que nos duela dicha saga, Strac es un guionista que está haciendo grandes cosas con Spiderman y el futuro le dará la razón. Los nuevos conceptos que ha insertado en la mitología del trepamuros merecen ser aprovechados, y ya veremos si remonta de nuevo, que lo necesita.
2 comentarios:
Menudo pedazo de repaso, Ovidio. Se nota que te lo has empollao. Coincidimos en practicamente todo, para variar. Lo que me hace que tenga muchas ganas de que continúes tu repaso una vez se nos vaya Romita Jr del título :)
http://amimagustao.superforos.com
PAMMHG!
Enjoyed a lot! » »
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